viernes, agosto 24, 2012

Cazador


Sostiene Barthes, de acuerdo con Marthe Robert, que la obra de Kafka no es un tejido de símbolos. El símbolo es seguro, afirma una analogía entre una forma y una idea. Se trataría de un sistema de alusiones, como si un signo inmenso interrogase a otros signos.
Aunque es muy bella la idea de Sebald sobre el sentido de los viajes de Gracchus, no podemos olvidar que se trata de una posibilidad de lectura entre muchas. También nosotros somos ese cazador: mientras leemos a Kafka vadeamos una orilla que no podemos alcanzar.

3 comentarios:

Pablo dijo...

"Me gusta" (o de la reducción del ingenio a la hora de comentar...)

PC dijo...

Totalmente de acuerdo.
Con vos, con Roland Barthes y con Marthe Robert.
Me gusta esa exactitud.
Una obra hecha de símbolos sería un texto pasible de ser traducido (a cada símbolo, un objeto), mientras que la verdadera poesía permite otras interconexiones, de mayor riqueza.
Salud

Vero dijo...

Pablo Efe: pulgar derecho arriba. El tiempo pasa y nos vamos poniendo feisbus, como decía Luca.
Pablo Ce: es una buena forma de decirlo, gracias.
Voy a contar en este patio del post cómo surgió. Yo hacía fichas por autor y por tema cuando estudiaba Letras. Me llevaba una pilita y pasaba tardes en la biblioteca entintándolas. Uno de esos días, hace pocos, en los que andaba leyendo a Sebald, a Kafka (compré una nueva edición de sus Diarios con fragmentos que Brod no había incluido), estaba ordenando el dormitorio y de una caja cayó esta ficha de Barthes. Así que literalmente "me cayó la ficha". A veces uno no sabe que andaba buscando algo hasta que lo encuentra.