lunes, abril 23, 2007

Di Benedetto, Quiroga

El otro día hablaba con un amigo del cuento “Pez” de Di Benedetto, le decía que me recordaba a Quiroga. Después busqué en la biblioteca. Hay en “El hombre muerto”, de Los desterrados, similar detenimiento en la descripción del entorno mientras al hombre se le va terminando el aliento. No hablo del que agoniza, a quien una herida de machete deja inmóvil e impedido de buscar ayuda, sino del que cuenta. Nombrando lo mínimo patea hacia delante lo máximo, por apilamiento de palabras. Algo de eso se puede ver también, no tan claro por la escasez de líneas, en “A la deriva”, de Cuentos de amor, de locura y de muerte. Al gusto que le encuentro a la lectura le sigue el troceado y el desmenuzamiento: qué inmoviliza al narrador, qué lo demora, si el autor se refleja en el narrador, si hay una duplicación en la ficción de lo que sucede con la literatura. Porque se escribe para ahuyentar la muerte. No lo digo yo, lo dicen otros, muchos -Cohen, sin ir más allá de mi bolso-, ellos proponen y yo consiento, en todo caso, ante lo apabullante de la prueba.

Sábado de feria

El sábado tuve que ir a trabajar. No quería, pero tuve, y esa contrariedad me endureció el trapecio. Para desquitarme, ya que estaba en el centro -para mí, que vivo en el borde oeste de la Capital, el centro engloba varios barrios y se extiende fácilmente hasta Palermo-, me tomé el D y me fui a la Feria del Libro. Tenía entradas gratis y descuentos en algunas editoriales. Conseguí a buen precio varios libros que hace rato quería tener. Escuché a Monsivais. Comí un Cachafaz de chocolate. Tomé Fernet menta con Sprite.

domingo, abril 15, 2007

Nota al pie de la otra

No queda nada bien el verbo prorrumpir para un cuchillo, no calza, como si lo hubiese querido meter, al cuchillo, en una vaina equivocada. Habría sido mucho mejor que irrumpiese, la i le habría dado la entrada al resto tumultuoso (rr resonante, mp implosivo) como la aguda punta a la hoja, en el pecho. Es más factible, por ejemplo, que el sonido prorrumpa, quizás porque en vez de entrar, sale, surge de otra cosa y se expande. Incluso en cuanto a esto último el cuchillo sólo tiene el alcance que le da el metal que lleva, el mango lo limita pero ante todo la solidez.

viernes, abril 13, 2007

Nota al pie

Es necesario que lea a Jelinek. Vengo de lo de Nielsen, me traje esto. También Kurupi hace poco elogió La pianista y reprodujo partes de una entrevista. Trascartón, me dura el hormigueo que me dejó La profesora de piano. Haneke puede ser sutil y brutal a un tiempo. No se me borra todavía el minúsculo gesto del rostro inescrutable, apenas el labio que sube esquinado, en chanfle -mientras el cuchillo prorrumpe feroz en el pecho- y regresa a descansar sobre el otro. Sutil y brutal. Presiento que voy a encontrar ese rasgo, esa conjunción en Jelinek y me deshago de ganas de leer. Por eso digo: es necesario.

miércoles, abril 11, 2007

miércoles, abril 04, 2007

Cohen

Hubo una serie de días mojados y me empasté. El lunes todavía recelaba del sol. Hoy en cambio salí de casa, a la mañana, y el aire era livianísimo, fácil de atravesar. Una de las cosas que hice en estos días es empezar a leer Donde yo no estaba, de Cohen. “Pasan las cosas crípticamente, y las palabras se les superponen sin abrirles una ranura de ventilación”, dice, por ejemplo, Aliano. Me demoro en frases así, me alelo de puro gusto, como panconciente.