lunes, octubre 25, 2010

Guimarães

En medio, esto, aquello se dio. Dio -el indeciso paso, el que no se puede seguir con la idea. Murió, como si por un ojo de aguja, un hilo. Murió; hizo de cuenta. En este punto lo encontraron en la hamaca, en el cuarto más chico, solo de amigo o amor -transitorio- príncipe y solo, criatura del mundo.

João Guimarães Rosa, "Nada y nuestra condición"

João era fabulista
fabuloso
fábula?
Sertão místico disparando
no exílio da linguagem comum?

Projetava na gravatinha
a quinta face das coisas
inenarrável narrada?
Um estranho chamado João
para disfarçar, para farçar
o que não ousamos compreender?

Carlos Drummond de Andrade, "Um chamado João"


viernes, octubre 22, 2010

Esa orilla

Hoy por la mañana, antes de salir para la oficina, sobrevolaba los estantes de la biblioteca con la vista y un poco con una mano buscando un libro, el que me llamase, el que me buscase. Caí en uno que compré hace poco y lo levanté o me levantó. Campo general y otros relatos, de Guimarães Rosa. Una edición de tapa dura de FCE, precio acomodado, un milagrito en suma. En el subte fui al cuento leído tantas veces, “La tercera orilla del río”. (De a ratos, de a palabras, raspó la traducción. Digamos: “Solamente quieto”. Pensé en las alternativas: “callado”, “tranquilo”, alguna de ésas. O el verbo “acontecer”, tan usual en portugués, pero no en español. Igual, qué difícil debe de ser traducir a Guimarães.) Pasó la línea esperada (“Y estoy pidiendo, pidiendo, pidiendo un perdón”) y en el aire estancado del vagón me erizó la piel como si hubiera soplado viento.