viernes, diciembre 22, 2006

Viaje

En casa, leo esta descripción de un hombre muerto: "tenía el aspecto de un extranjero que viniera de un país atroz y al que tuviésemos miedo de hablarle”. Salgo. Todo el sol viene a plantarme su luz en la cara en franco oxímoron.

domingo, diciembre 17, 2006

Ieri

Llegué tardísimo (es inquietante, incómodo llegar cuando se están preguntando qué le habrá pasado a uno). Éramos pocos, menos que otras veces, quizás eso propició la integración. Hablamos de hijos y de acondicionadores de aire, preguntó qué era una idea y pensé que eso se podía responder de tantas maneras dependiendo del contexto que mejor me dedicaba a los sorrentinos antes de que se enfriaran, identificó el trabajo con el esfuerzo físico, contó que recorrió la redacción de un diario con un pino a cuestas, salieron a fumar, quiso saber cómo nace la música, rechazó el perfil combativo de las mujeres que se escudan en el género, habló de los lieder de Nietzsche, dijo que la profesión no es la persona, hablamos de las múltiples facetas del ser humano, dijo que si no sale a la luz el río subterráneo te socava por dentro, volvieron de fumar, algunos fuimos a tomar helado y otros sólo se fueron, mientras probaba la crema irlandesa una voz sacerdotal (así la calificó él, a mí no me parece) leyó ese fragmento de Calasso y desnudó su carácter poético, mencionó a poetas españoles, recitó hermosos versos, dijeron Wilcock y pedí más, caminamos despacio en compañía del agua, lamenté su inesperada ausencia.

viernes, diciembre 15, 2006

Domani


¡Qué buen afiche! Aydesa lo hizo de nuevo.

domingo, diciembre 10, 2006

Siesta

Leo blogs mientras el aire caliente me prensa las sienes, como queriendo juntarlas. Escucho un golpeteo y me levanto a mirar por la ventana para comprobar que lo que creo lluvia no sean pájaros embarullando el patio. Es. Gruesas gotas se desparraman con ruido en las baldosas. Pero el cielo está casi todo celeste, sin consuelo de grises salvo unas nubes que se apuran para ir a ilusionar a otro. Ya los golpes se apagan. La presión no afloja.

Quítame de ahí esas pajas

Una vez leí El anatomista, de Andahazi. Me aburrí. Mucho. Y cómo no: el tema central de la novela es el descubrimiento del clítoris por un hombre. ¿Hace falta apuntar su imbecilidad? Hoy pispeo la lista de best sellers de “La Nación”. Está en tercer lugar un libro del mismo autor. Premio Planeta 2006. La breve reseña dice que trata de un indígena mexicano que descubre Europa antes de la llegada de Colón a América. Uf.

sábado, diciembre 09, 2006

Los m

Me voy por ahí y medran como hiedra voraz sobre un post(e) más bien insulso, liso, con pocos accidentes, nudos a los que aferrarse. Cuando vuelvo, me asombra ver cómo la planta creció sin riego. Me acerco. Todas las hojitas tienen la misma forma (la de la m). Las toco con extrañeza. Algunas acarician, otras raspan. A algún amigo o amiga le ha dado por mimetizarse y mezclarse entre el yuyo, también, por diversión. Los dejo hacer, entretejerse. Podría podar la planta o ponerle cercos. Pero cuántas veces miré con pena los jardines prolijos de otros, las pulcras paredes donde la voz no encuentra eco. Estoy lista para irme otra vez. ¿Oiré el rumor de la hiedra en su dibujo mientras me alejo?