domingo, diciembre 14, 2008

Los ríos profundos

Avedon lee a Beckett.

Beckett, Bernhard

Nada es más divertido que la desdicha, te lo aseguro […] Te lo aseguro, es la cosa más cómica del mundo. Nos reímos, nos partimos de risa al principio. Pero siempre es la misma cosa. Sí, es como la divertida historia que hemos oído tan a menudo, la seguimos encontrando divertida, pero ya no podemos reír más.
Samuel Beckett, Fin de partida
Todo lo que empieza como tragedia termina como monólogo cómico. Pero ya no reímos más.
Thomas Bernhard, Heldenplatz

Notas para una lectura de Heldenplatz

Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo "tal y como verdaderamente ha sido". Significa adueñarse de un recuerdo tal y como relumbra en el instante de un peligro. Al materialismo histórico le incumbe fijar una imagen del pasado tal y como se le presenta de improviso al sujeto histórico en el instante del peligro. El peligro amenaza tanto al patrimonio de la tradición como a los que lo reciben. En ambos casos es uno y el mismo: prestarse a ser instrumento de la clase dominante. En toda época ha de intentarse arrancar la tradición al respectivo conformismo que está a punto de subyugarla.
El Mesías no viene únicamente como redentor; viene como vencedor del Anticristo. El don de encender en lo pasado la chispa de la esperanza sólo es inherente al historiador que está penetrado de lo siguiente: tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer.

Walter Benjamin, Tesis de filosofía de la historia

(Desde la ventana del departamento del profesor Schuster se escuchaban los vítores a Hitler de la multitud reunida en la Plaza de los Héroes. En los oídos de su extraviada esposa resuenan todavía. Deben de haber resonado para él, ya no podemos saber, pero traza una pista la hija que cuenta que el padre no podía ir a la ópera porque lo abrumaba el murmullo fascista. “Tenía que taparse los ojos y los oídos para escuchar la música”. Entonces: destrozó su cabeza, ese estuche donde se alojaba el recuerdo y los ecos del recuerdo reproduciéndose sin cesar en un presente atroz.)

Heldenplatz

Quizá por aquello de “todo lo que empieza como tragedia termina como comedia” Rita Cortese abre Heldenplatz con gravedad y Pompeyo Audivert la continúa con exageración y parodia. Encuentro los estilos desencontrados. Aun así, recomiendo al que pueda que quiera acercarse al San Martín a ver esta obra de Thomas Bernhard, hoy, gratis, por cierre de temporada.