viernes, septiembre 26, 2008

Declive

En una entrevista -tarea de Didáctica-, oí decir: “Si pudiera no querer trabajar tanto, le dedicaría más tiempo al cine”. Linda fórmula, “si pudiera no querer”, ese reconocerse signado por un deseo profundo, explica tantas cosas que uno hace, no forzado, pero tampoco libre, por un resbaladizo declive de la voluntad.

Birome

Recién, durante un rato -que es una forma banal de llamar al hueco donde estuve hundida-, durante unas páginas, mejor, estuve escribiendo en mi cuaderno. Atendía a lo que escribía, pero también a la fluidez del movimiento arriba y abajo sobre el papel. Ahora los insistentes saltos de las yemas sobre el teclado -como si se tratase de una superficie ardiente- perturban la soltura en el discurrir, mientras oigo el sonido seco y mecánico, un trote apurado de palabras detrás de mí. El camino de la tinta desde la birome a la hoja es plácido. Sé que en parte se debe a lo silencioso de la tarea. De a ratos el roce de las materias deja oír un levísimo bisbiseo, apenas.

miércoles, septiembre 24, 2008

Los deberes

Sucede que cuando debería ponerme a leer los apuntes de Didáctica se interpone la declaración de Paul a Marijana: “La amo. Eso es todo.” Y eso es todo, en efecto. Todo lo suficiente. Debería leer lo otro pero no es apremiante todavía, más debo, menos condicional y más presente, como se puede notar fácilmente en la desinencia verbal, acompañar a Paul. Al avanzar se hace claro que tendré que desandar libros, que buscaré en un futuro inminente a Elizabeth Costello. Me impone el sustantivo deber de visitarla. Dice Costello en la página 89: “No es usted quien decide”. Y esa flecha, que no es para mí, sin embargo me roza.

domingo, septiembre 07, 2008

Quién no

Una frase de Michaux oída el miércoles me aguijonea: “quién no es mejor que su vida”. Saltó de boca en boca, el moderador se quedó con ella y la amplió, aunque sólo recuerdo ese carozo quemante. Basta para inquietar. Es el tema de tantas obras literarias. Porque es mejor que su vida un hacedor de slogans publicitarios presta su figura a una estatua ecuestre en la plaza principal de la ciudad que fundó, Santa María. A veces la alternativa es la contravida, otras apenas una mudanza a la calle que sigue (llamémosle Wakefield). La serie de elecciones combinada con la de las oportunidades demarca un confinamiento del que a veces se ansía escapar. Dentro y fuera de la literatura, quién no es un posible otro.
El buscador no encuentra lo que busco, el título del libro del que se recortó la frase, pero me invita a leer este párrafo: "A los ocho años Luis XIII hace un dibujo parecido al que hace el hijo de un caníbal de Nueva Caledonia. A los ocho años, tiene la edad de la humanidad, tiene por lo menos doscientos cincuenta mil años. Algunos años más tarde los ha perdido, no tiene más que treinta y uno, se ha vuelto un individuo, no es más que un rey de Francia, atolladero del que no saldrá nunca".