—No su gloria, mi querido amigo —balbució el joven.
—No mi gloria... ¡lo que haya de ella! La verdadera gloria consiste en ... en haber sido puesto a prueba, haber tenido una pequeña calidad y haber ejercido un pequeño hechizo. Lo importante es haber conseguido que alguien se sintiera interesado. Ocurre que usted está loco, pero ello no afecta esta verdad.
—¡Usted es un gran triunfo! —dijo el doctor Hugh, imprimiéndole a su joven voz toda la vibración de unas campanas de boda.
Dencombe se quedó asimilándolo; luego hizo acopio de fuerzas para hablar otra vez:
—Una segunda oportunidad: ésa es la vana ilusión. Jamás ha habido más que una. Trabajamos a ciegas; hacemos lo que podemos; damos lo que tenemos. Nuestra duda es nuestra pasión y nuestra pasión es nuestra misión. Todo lo demás no es sino la demencia del arte.
Henry James, “La edad madura”
4 comentarios:
¿Dónde conseguiste ese libro? Hace años vi una edición de Seix Barral en Prometeo, pero andaba sin un mango y después no lo vi más. Envidio tu biblioteca.
No tengo tanta biblioteca como para envidiarme, Ojaral. Curiosidad y maña (y manía). Acá está el relato: http://www.literatura.us/idiomas/hj_edad.html
Qué gran narrador, James. Un hijo de puta helado y perfecto.
¡Grande, Vero!
Grande James, Franco. Y leerlo así, en medio de La visita al maestro, dirige el foco de la lectura hacia el desencanto de la gloria por la literatura, la vana vanidad. Abre la ventana.
Bueno, hablando de foco, oscuro andaría el discípulo para iluminarse con tan poco, Palbo (qué nombre más raro). Y sí, el acostumbramiento es cosa deplorable.
Saludos.
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