Anoche me di una vuelta por el Rojas. Arrastré a Nora, seduciéndola con la buena vida primero. Festival de poesía, salida al mar. Llegamos bien entrada la cosa (la tarde, la poesía). Oleaje cúspide en el santafesino Fernando Callero (me traje su Ramufo di Bihorp) en el primer trío que vi. En el segundo tramo visto y oído estuvo Montserrat Álvarez tan aplaudida como tímida. Encantadora, entonces y más todavía después. Me levanté hoy con un oxígeno nuevo. Vientos de Avalon, no sé si sentí o pensé. Por eso los castillos (y las espadas y escudos que no dije).
4 comentarios:
Imagino a Montserrat -Madame Satán en blogger- con su hermosa seriedad a la que puede confundirse con timidez a menos que me desdiga quienes la conocen de cerca.
O quién sabe, hay en ella una timidez fusionada con una majestad natural. No lo sé.
Un gran salute, Vero.
Timidez por ella señalada antes de subir al escenario. Y en el gesto de retraerse en el asiento cuando Noy la buscaba con la vista para felicitarla. Es cuestión de pareceres. Pero no fue tímida para la charla conmigo, ni para responder a algunos como consideró mejor sin temor a que quizá no cayeran bien sus dichos (no me extenderé sobre esto por no ser indiscreta), una actitud que me agradó mucho (de ahí en parte lo de encantadora aunque no sé si esos algunos opinarán igual, ¡jua!). Gran salute para vos, Rain.
Vero,me dice la Montse ke eres linda y de espíritu feérikamente candoroso. Y sos la promotora oficial de cerveza roja irlandesa en kurepilandia!!! Cómo me gustaría ser bock de barro parawayo para tokar tus labios de niña...
Bueno, el hada cervecera agradece los piropos.
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