Hace unas horas leí el último tercio de La pianista, donde se desata lo que se venía cociendo. Algunas anotaciones rápidas, sobre la lectura fresquísima: me costó acostumbrarme al uso constante del tiempo presente (hasta en los flashbacks), al fraseo corto. Como si hubiera que leer entre sobresaltos. Es cuestión de dejarse llevar. Me fascinaron algunas imágenes poéticas, me molestó la insistencia para dejar en claro que el sexo de Erika es frío, insensible y cerrado como una piedra, algo que se reafirma cada vez que aparece un nuevo estímulo. La novela parece una fábula sobre el poder. La madre ejerce su poder sobre la hija, hasta que la hija se vuelve y la devora, más o menos literalmente, en la cama conyugal. Erika domina a Klemmer, aunque en superficie parezca lo contrario. Me fascinó verla desplegar su voluntad hasta en el sometimiento. El chico se espanta de tanta fuerza. A él que está acostumbrado a las aguas turbulentas esta mujer le da vértigo. No puedo pensarla como víctima si considero el sadismo de la escena del baño. Y lo que medita Erika al escribir la carta, esa carta que solamente se deja ver entre líneas al lector: “Mientras mayor poder tenga sobre ella, tanto más quedará sometido a su propio arbitrio. Klemmer será su esclavo […] y él creerá que es su amo”. Cuando él la lee, piensa “o sea que, aun siendo su amo, ¿se le escapará y jamás llegará a dominarla?”. El masoquismo subvertido. Enfurecido, Klemmer lastima. Casi sobre el final, se puede leer, como una acusación o un pedido de abrir los ojos: “El mundo, que no está herido, no se detiene”.
jueves, mayo 31, 2007
Notas sobre La pianista
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7 comentarios:
yo admiré tanto la forma de escribir y la claridad entre tanta confusión que me deprimí al punto de no querer escribir más.
Desde hoy leo solamente Condorito.
:(
No te llegò su homor sarkàstiko, presente, vaya uno a saber còmo, en cada frase...?
Sí, hay varios pasajes irónicos. Busco un ejemplo y leo: "En la pastelería Aída, las madres miran miran el trabajo que, por su sexo, les corresponderá hacer a sus hijas. Valoran el empeño que ponen sus hijos en la escuela y en los deportes".
Por lo demás, el tono general me pareció bastante trágico. Leo lo que escribí y me molesta haber usado la palabra "fascinar", me parece horrible, y encima dos veces, pero bueno, el tironeo por el poder me resultó casi hipnótico. Así y todo, de poco le sirve eso a Erika. En ese juego de poder encuentra siempre, finalmente, un atascamiento.
Ayer, alguien me dijo que Erika estaba dominada por sus ansias de dominación. Puede ser, también. Otra cosa, surgida de la misma charla: hablábamos de la insistencia en el fluir, fluido, fluidez. Hoy pensaba que en ese fluir de la sangre, de la orina, Erika encuentra un sucedáneo, un sustituto del orgasmo. Maduraré estas ideas.
En cambio, a mi me pareciò lo màs còmico qu leìa en tiempos, no ese humor infantil, ingenuo y "fresco" d elos trocadillos y calembures de un cavbrera infante, que e sun monstruo virtuos nato y puro, no humor que dan ganass de volver a mirar al mundo, el barrio, la vecina, la tonteria con que tropezamos cada minuto y no nos decìa ya nada...ese humor, no el humor, miren, que gracioso soy, està imbricado a las palabras, ese bozo de trasvesti o de diablo, hormonal, casi hormonal, de cambio de hormonas, que recubre la superficie del sentido, allì donde Saussurre calla...allì mismo. Me parece que ciertas lecturas femeninas, de chicas, como vos, o mi ex (que ipso facto la abandona, perezosa ella)tienen otra corte, casi de espantadas, de ligero resentimiento, el pintar monstruos a la altura del macho eterno...Sin embargo, el otro ñato que lo leyó, Pessolani, tambièn coincide conmigo. Raro no! Humor como lectura masculina de una novela perversa, femenista-perversa, tràgico en el corte femenino de la misma obra. Como para volver por esos caminos. saludetes.
¡Mirá vos, Kurubeta! ¿Será cierto entonces eso de que las mujeres no tenemos sentido del humor? No percibí lo que contás, pero te agradezco muchísmo que me ofrezcas otra lectura, me parece sumamente estimulante. Un abrazo.
Has leído a Jelinke: es lo que busco y aún no tengo nada de ella.En la red, algo he leído...
Vero, ni digas, estás ironizando, si he encontrado humor entre tus posts...
Salutes...
Qué buen libro...
Aunque es cierto que la narración en tiempo presente lo acerca más al cine que a la literatura. Un libro bellísimo.
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