Releo Fin de partida. Releo otras cosas de Beckett que tengo en casa. Busco en Internet (pongo en el Google “beckett textos para nada”) lo primero que leí de él, hace años, una página o dos, en un apunte de la Facultad, lo encuentro acá, lo recorto y se lo envío a Lau. Fue amor a primera vista, le digo, como si le mandase la primera carta de amor que recibí. Posteo las anotaciones que tomé el otro día en la oscuridad de una sala. Contesto mails. Leyendo blogs recuerdo que murió Vonnegut. Busco en una entrevista que le hicieron el año pasado en la Rolling esa frase que me gustó tanto (“La vida no es manera de tratar a un animal”) para asombrarme otra vez con su enorme inteligencia. Veo un capítulo de Lost y me masajeo el pelo con aceite de almendras. Cuando salgo de la ducha, veo que terminó de bajar Film, con Buster Keaton. La miro. Después la miro por segunda vez y escribo esto mismo en una ventana abierta a un costado. Mientras escribo en este cuarto, en el de al lado Keaton tapa la ventana (pero no la mía). Saca de la habitación al perro y al gato. La jaula con el loro, el recipiente con el pez, se tapan con paños oscuros. El espejo, sobre todo. Todo lo que tenga ojos está prohibido, hasta el reflejo, hasta un cuadro, hasta unas fotos. Antes, en la calle, en la escalera, la gente se asustó al verlo. Él también se espanta ahora, se cubre con las manos. No ver, no ser visto, no verse. Bueno, dejo eso. Voy a buscar escritos sobre el corto, encuentro un estudio muy detallado de Deleuze acá. También un comentario en este blog muy bueno, El lamento de Portnoy, en el que caí otras veces (ya es hora de enlazarlo). No encuentro el guión, ni siquiera en Hansi. Una de las cosas de que me entero es que Beckett partió de la frase “ser es ser percibido”, de Berkeley. Que el personaje trata de hacerse imperceptible y fracasa porque siempre subyace la autopercepción. Claro, por eso la angustia en el gesto de taparse la cara al final. Sigo enamorada. Dejo constancia en el blog. Ahora.
5 comentarios:
Ah! Yo intoxicado de Cabrera Infante. Quiero volver al minimalismo.
Por cierto, El lamento es uno de los mejores blogs del mundo hispano.
Fah, descubrí la pólvora. Sí, está buenísimo ese blog.
Acerca de Beckett, la primera vez que lo leí dije: ¿pero cómo? ¿se puede escribir así? ¿vale?
Vale. Pero dejame con Cabrera y quedate con Beck.
Iba a lo curiosa que es la sensación de saltar de un autor a otro, con estilos tan disímiles y que sin embargo uno sucumba.
Cariños.
Uh, Beckett... Buster Keaton... dos de los mayores exponentes cada uno en lo suyo...
Y este corto es una delicia... me gustó eso de si se vale escribir como él ja... yo, quisiera haber sido Buster Keaton...
Cuando el arte ataque
Sucumbir, hermosa palabra, Fander.
Una cosa de Keaton que recordé cuando leí, jlo, es que caminaba con los pies hacia afuera y con ese leve balanceo característico, ¿viste? Y la torpeza, los tropiezos, en fin, el efecto cómico. Muy bueno.
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