El segundo tipo de crueldad, fruto de la suprema sensibilidad de los órganos, sólo es experimentada por seres extremadamente delicados, y los excesos a los que ella les conduce no son sino refinamientos de su delicadeza […]. Ahora bien, es a este segundo género de crueldad al que por lo general se inclinan las mujeres. Estudiadlos bien, y determinaréis si acaso no es el exceso de sensibilidad lo que las conduce a ello. Veréis si no es la intensa actividad de su imaginación, la fuerza de su espíritu, lo que las vuelve depravadas y feroces; también todas suelen ser encantadoras.
Marqués de Sade, Filosofía en el tocador
2 comentarios:
Impresionante la cita. Es así, a veces se lo vive como el doble uso de un mismo filo. La gillette, ¿no?
Acá Sade está hablando del placer en infligir dolor a otro, lo de la gillette Erika se lo hace a sí misma, pero sí, claro, pensaba en Jelinek, en la brutalidad y el esmero.
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