Estoy parada en el vano de la puerta. Alguien abrió y fue a sentarse con los demás. Me quedo mirando hacia dentro. Estoy en la orilla, intentando decidir. No sé si me conviene entrar o mandarme a mudar. Nadie me conoce en este lugar. La persona que me invitó no está en este momento. De a poco van percibiendo mi presencia, las conversaciones cambian de tono y puedo notar en el murmullo que los estoy incomodando. Hay ruido de sillas, toses. Resuelvo dar un paso adelante y ocultar el temblor en la voz cuando digo: “Hola, soy X, me invitó Y”. Algunos sonríen, aventuran un saludo híbrido. Me quito la mochila. “¿Qué trajiste?”, me dice uno, señalando la mochila hinchada. ¿Por qué me pregunta eso? Claro, había que traer algo. Como dejé todo para último momento, no me fijé que lo que había preparado para traer estaba endurecido, cuarteado en los bordes. Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde para preparar otra cosa o para salir a comprar algo hecho. Ahora la situación se hace insostenible, porque ni siquiera tuve la precaución de quedarme cerca de la puerta. Inexplicablemente esto me tranquiliza (la explicación sería, en todo caso, si alguien la necesitara, que nada puede empeorar). Sonrío. Digo: “Esto”. Saco del bolsillo un sapo verde, gris, amarillo, gelatinoso, que encontré en el jardín antes de entrar. Mi mochila está llena de servilletas. Tomo una y me siento a comer.
5 comentarios:
¿Previsualizó una situación cercanamente posible? ¿O es un exorcismo anticipado?
Es verdad lo del final: como se sabe K. era un maniático con las comidas, la muzzarela y la salsa de tomate siempre le fueron ajenas.
¿Es posible imaginar a K. enchastrándose las manos con una fugazzeta o las bohonomías de un choripán?
Disculpe el tono socarrón, Vero, me dió por ese lado extraño. No sé por qué, ya que el texto es hermoso.
Saludos.
El texto es las dos cosas, una situación cercanamente posible y un exorcismo, pero no sobre lo que creés, sino sobre Kaputt: publiqué algo ahí el domingo y me sentía nerviosa por estar participando de ese bailongo donde no me sé los pasos. Tenía dos cosas preparadas, pero al final improvisé y mandé otra.
Me halaga que te haya gustado. Un beso.
hola, me gustó, me encantó...te (me) imaginaba toda avergonzada y casi vencida por las circunstancias, y de pronto, ese sapo! y vos (yo) saliendo airosa...
Atrapante, y me suena la situación, pero más angustiosa e incompleta.
Algo parecido me ha pasado alguna vez.
No sabés lo que hubiera dado por un sapo.
Gracias, Miss, Silvia Sue. Bueno, algo así me estaba pasando a mí cuando lo escribí. ¿Incompleta porque te faltó el sapo? ¡Pero yo tengo a rolete! Un beso.
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