Releo pasajes de Zama a causa de la charla del viernes, que seguramente por unos cuantos días más me zamarreará de acá para allá. “Despegué los párpados tan pausadamente como si elaborara el alba”, me dice. A un despertar le sigue el recuerdo de este insomnio, sin solución de continuidad, como es natural: “amanecerá en mis párpados apretados”. Es Borges, de la mano de Arenas, Celestino…, que releí hace poco (releo bastante últimamente, es que me cuesta encontrar cosas nuevas que me conmuevan). Busco el poema entero, lo leo.
Decido dejar eso, apartarlo de mí para seguir viviendo, despeinar los Diarios de Kafka para buscar algo sobre amor, sobre mujeres, algo que leí ahí, de lo que tengo una reminiscencia, cuando me tropiezo con esto otro, del 3 de febrero de 1922: “Insomnio, casi total; perseguido por los sueños, como si me los hubieran grabado adentro a arañazos, en un material tenaz”. No hablaban conmigo, entonces, los libros. Hablaban entre ellos. Yo cazo mariposas que resplandecen un momento pero cuando abro las manos ya se fueron. La última intervención de Kafka hace que me entren ganas de llorar. Siento la compresión en la garganta. Mi cara ya se arruga. Las pestañas reciben el líquido que desborda las orillas (ya no puedo decir párpados, no, ellos ya lo dijeron antes, dijeron párpados de dos maneras diferentes y mejor que lo que yo podría en mil años, ésa es una de las razones porque) cuando cierro los ojos y dejo caer la cabeza.
6 comentarios:
que bueno está esto. se me arruga el cuore.
prima, puedo publicar nuestra foto?
¿No es que K. escribió tal cosa hace unas pocas horas y no ese 3 de febrero? Las está escribiendo en cada uno de nosotros ahora mismo, en esas lágrimas nacidas de libros que susurran entre ellos los ensueños nuestros. Esos que nos sacuden con tierna fiereza y, a veces, hacen que podamos comprendernos un poco...
Leer todo, sentir haber estado y no haber (estado, en realidad).
No deja de ser una experiencia previa,la aceituna del vermouth, no sé por qué me quejo.
A la revancha con Maray, Daniela y otros/as.
La próxima vez, no empiecen a hablar hasta que no lleguemos nosotras, que por el momento seguimos participando.
Claro, prima, cómo no vua poder.
Sí, Luis, las palabras de Kakfa son como esos arañazos de los sueños que describe, se vengó en nosotros, que recibimos con placer la flagelación. Ahora me acuerdo también de "En la colonia penitenciaria", pero no, no es tan cruel esta escritura rayándonos por dentro.
Nos vemos en la revancha, preci.
Definitivamente, hay palabras que hacen doler de tanta belleza.-
Es así, lobis, gracias por entender y compartir. Entré a uno de tus blogs, un poema de Siccardi me dejó doliente, también (lo digo acá porque allá no se podía comentar).
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