sábado, agosto 05, 2006

¿Cuándo es el año pasado?

Leyendo a Carlos. Voy y recorto trocitos de un laburo sobre Saer y el cine, de mis épocas facultativas.

1- Deleuze sobre Bergson en La imagen-tiempo: “Las grandes tesis de Bergson sobre el tiempo se presentan del siguiente modo: el pasado coexiste con el presente que él ha sido; el pasado se conserva así como pasado en general (no cronológico); el tiempo se desdobla a cada instante en presente y pasado, presente que pasa y pasado que se conserva. Con frecuencia se redujo al bergsonismo a la idea siguiente: la duración sería subjetiva y constituiría nuestra vida interior [...]. Pero poco a poco irá diciendo otra cosa: la sola subjetividad es el tiempo, el tiempo no cronológico captado en su fundación, e interiores al tiempo somos nosotros, no al revés”. Como ejemplo, Deleuze señala el film de Resnais y Robbe-Grillet El año pasado en Marienbad, dondeya no se sabe lo que es o no un flash-back”.

2- Resnais, citado por Deleuze: “Siempre he protestado contra la palabra memoria, pero no contra la palabra imaginario ni contra la palabra conciencia. [...] Si el cine no es un medio para jugar con el tiempo específicamente, en cualquier caso es el medio que más se aviene a ello”.

3- Alain Robbe-Grillet, en Por una novela nueva, sobre El año pasado en Marienbad : “Es un mundo sin pasado que se basta así mismo en cada instante y que se desvanece luego. Este hombre, esta mujer, empiezan por existir tan sólo al aparecer en la pantalla por primera vez; antes de eso no son nada; y, una vez terminada la proyección, vuelven a no ser nada.” Y agrega: “no hay un fuera en otra parte, de la misma manera que no hay un antes en otro tiempo.


4 comentarios:

yo dijo...

el año pasado en marienbad es a la invención de morel lo que einstein a newton.

Vero dijo...

Me gustó eso, yo. Claro, se dan resignificaciones a partir del surgimiento nuevas teorías (supongo que a eso te referís). Vi Marienbad después de leer el libro de Robbe-Grillet y me pareció muy gráfica acerca de sus ideas sobre el tiempo subjetivo en el nuevo realismo.

Carlos dijo...

A mí una de las frases que más me gusta, por lo terriblemente subjetiva, es una que se le adjudica a Agustín de Hipona -digo se le adjudica porque no lo he leído ni de oídas- que dice que el tiempo es una distensión del espíritu.
En Plaza, supongo que no casualmente, Aydé escribe sobre instantes en los que uno se encuentra suspendido (mi caprichosa lectura), en los que uno se sienta al borde del trampolín del existir. Ahí el espíritu se extiende, se ensancha, la sensibilidad se agudiza y se escucha al mundo de una manera distinta. Es como si uno viviera todo el tiempo, pero solo a veces, pocas veces, existiera. Y si me preguntan cuándo, diría que cuando se acerca, verdaderamente, a la alteridad del Otro (no sin riesgo). No a lo que uno supone que el otro "es" (esas veces es poco lo que se escucha), sino esas otras veces en que toda suposición resulta obscena.

Vero dijo...

Bueno, Carlos, pero qué belleza que perpetraste, "instantes [..]en los que uno se sienta al borde del trampolín del existir". Preciosa y precisa imagen. Sí, hay momentos (por darles algún nombre), que parecen extenderse (como si pudiera extenderse lo que no tiene forma). Por ejemplo, cuando esperamos algo con ansias, como bien dice la primis. Perdón por romper la paciencia con Bergson, pero esta idea me gusta mucho, por lo sencilla y clara: él dice que tomamos del lenguaje términos que se aplican al espacio y los usamos para medir el tiempo, como si tuvieran la misma naturaleza.
En cuanto al acercamiento al otro, ese abismo, ahí no hay tiempo ni espacio que valgan.
Un abrazo.