sábado, febrero 25, 2012

Difícil escribir

Las calles tenían pinta de direcciones caligrafiadas y desprendían un olor a guantes de señora, y del bosque, surcado por calles rectas, no digo nada, pues podría suponer una osadía, pero sí mentiré un poco al respecto, y puesto que de pura mendacidad azul soy blanco como la carita de celestial belleza de una joven tendida sobre su lecho de enferma, el bosque se ha vuelto rojo como el fuego y sus innumerables hojas parecen invitarme a pensar en la posibilidad de creer en la celebración de una cena que existió aunque no se pudo descubrir en parte alguna. ¿No me parezco por mis ricos y blandos silencios compuestos de locuacidades que se caen unas encima de otras a un estanque de profundidad insondable? ¿No tienen cierto valor estas líneas? ¡No, seguro que no! Pero constituyen un intento de comportarse con genialidad. Semejante intento ¿no debería ser en sí algo grandioso? Ayer por la noche asesiné a todos los instintos sanguinarios que había albergado hasta entonces en mi interior y ahora aún estoy empapado en sangre y con la negrura de estas líneas pinto, digamos que de azul oscuro, mi obra en prosa de amarillo fuerte. Eres muy desordenado. Donde vivís, hay unas putas estupendas. Se ha quemado la sopa. Mejoradla si podéis. Es puñeteramente difícil escribir estando loco.

Robert Walser,  Escrito a lápiz: Microgramas III (1925-1932)

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