miércoles, noviembre 18, 2009

Mañana con cielo irresoluto. En el viaje a la oficina me lamina la piel un fino sudor. Lloverá, qué celeste ni ocho cuartos. Leo esta frase y un rato después me acompaña todavía: “Lúgubre es el sol de la lucidez” (Marcelo Cohen, Casa de Ottro).

2 comentarios:

Ojaral dijo...

librazo.

Vero dijo...

Así parece, leí apenas unas 100 páginas. Pero ya la prosa me secuestra. ¿Fenómeno de abducción? Vi que habías hablado del libro y de un artículo de C sobre K en tu blog, voy a releer el post cuando termine el libro (busqué en la página de Otra parte el artículo pero no está publicado ése). Salud, Ojaral