viernes, abril 25, 2008

Más sobre Haneke y más

Me gusta que Haneke se rehúse a tratar al espectador con condescendencia. Hoy busqué y encontré en youtube la entrevista sobre Funny games, la que vi el año pasado en el cine (primera y segunda parte, aunque recomiendo verla sólo después de ver la peli). Ahí comenta que les da a sus criaturas todos sus recursos, la sensibilidad y la inteligencia de los cuales dispone. No se burla de ellos. Por eso les reprocha a sus estudiantes de guión que ideen personajes débiles o tontos. Es claro, pienso, que encontrará mayor aceptación un asesino idiota, que propicie la toma de distancia.
(La semana pasada, después de Zamok, fui a ver Redacted, de De Palma. Me levanté antes que terminase, la charla vacua de los dos soldados al final me resultó intolerable, una rascada de lomo. Nori dijo: “Tenía ganas de que les pusieran una bomba y se muriesen de una vez. Y lo peor es que me daba rabia que me diese rabia, haber entrado en ese juego”. Se entenderá por qué la adoro).
Más allá del cine, busco esa franqueza, es decir, esa señal de respeto, en todos lados, en los libros y en la gente, aunque raspe.
(Otra vez me acuerdo de Nori, que a veces me espeta: “eso que dijiste es una estupidez”; “no te pongas en pose”; “eso no te lo creés ni vos”. Se entenderá por qué la adoro).

6 comentarios:

Rain dijo...

Con Haneke, se amplia el universo. Hay precedentes para la nutrición cinéfila. Bueno, no porque MH aparezca luego. O es que para muchos, a Haneke se le conoce después de Lynch, Cronenberg...

El cine de MH asalta, invade el cuerpo. Así de poderoso es. Allí está lo bueno, otras aristas, otra mirada. Yo he visto poco aún de su cine, y me quedó la marca. La entrevista la vi después. Los animales, los efectos, la voz, la sonrisa de Haneke, sus actores, sus opiniones.
Lo denso en sus films, subyacente, todo no intenso si no grave y no solemne...

Rain dijo...

Las Noris. Uno al tenerlas lejos, se vuelve una Nori. Simbiosis en la lejanía.
O es que uno está en su descontento, no cómodo, si no que está en su inmanencia. En fin, eso.


:) Nori.

Vero dijo...

Me gusta eso que decís, Vir, que invade el cuerpo. ¡Claro! Por eso decía lo de las las butacas vueltas erizos. No es intenso en ese sentido yanqui que se usa ahora(¿por eso la bastardilla? ¿porque esa expresión fue bastardeada? ji ji), pero sí en otro, más profundo. El descontento es incómodo, pero por eso mismo enriquece (no me gusta esa palabra, pero bueno, es la que apareció por acá, acá arriba de mi cuello). Siempre recuerdo (porque queda como tatuado en cualquier estudante de literatura) la diferenciación de Barthes entre textos de placer y textos de goce, los últimos pueden ser, pienso ahora que te leo, de descontento.
Nori... casi siempre usa palabras muy dulces conmigo, nada más de vez en cuando sale con cosas como las que cuento acá, y así me obliga a reflexionar sobre mí, cosa que le agradezco.
Como te agradezco tus palabras, que me hicieron pensar. Pensar es tan difícil para mí, un empujoncito es bienvenido. Un beso. Y un abraxo, sí.

Anónimo dijo...

Fue la única película que vi en el BAFICI este año. Me gustó, estaba sufiendo bastante hasta el momento en que le empiezan a hablar a las cáamras, ahí la disfruté más.

Vero dijo...

Recién hablaba de Barthes: para él el sufrimiento está incluido en el goce, Nippur. Si no viste las entrevistas que linkeo te CONMINO a que las veas. Bueno, yo no voy como boba bovina a ver cualquier cosa en el BAFICI: vi ésta, Zamok (de la que hablo más abajo), Redacted y Control (Vir lluviosa, ésa es sobre Ian Curtis, me acordé de vos, pero mejor voy a tu blog y te lo digo allá). Me hubiese gustado ver el documental de Herzog, no conseguí entradas.
Saludos.

Nippur dijo...

Gracias Vero, me siento impelido y muy interesado en ver esas entrevistas, pero tengo un problemita de banda ancha (falta de) por lo que me guardo los links para más adelante.
No fui a ver otras porque no pude, pero agendo tus recomendaciones.

saluti