viernes, enero 18, 2008

Ni

Tengo unas ideas que van y vienen, me siento a apresarlas, aprovechan y se escapan y tengo que correrlas, pero cuando las alcanzo están cansadas, y si llegan a traducirse en escritura, lo que no siempre pasa, no son ni la sombra de lo que fueron.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos días a pesar del calor y del golpe que el mismo ejerce sobre mi al salir del laburo (donde hay aire acondicionado), camino al menos 15 cuadras hasta llegar a casa. En esos momentos me vienen ideas, pero al entrar a casa y sentarme frente al teclado ya están derretidas.

Anónimo dijo...

tal vez (pero sólo tal vez) no haya que correr tras las ideas ni tratar de apresarlas, sino dejarse estar, dejar que sean ellas quienes hagan presa de nosotros...

Vero dijo...

Llevá cuadernito, Mariana, para agrrarlas sólidas. Ah, hoy amaneció acondicionado el aire, por suerte.
Luis, me dejo estar y me rondan (tampoco son gran cosa, ¿eh?), pero el tema es cuando intento trasvasarlas, ahí se retoban.

un viejo tanguero dijo...

Hola, dulce.
Estoy de acuerdo con Bardamu.
Tenés que quedarte quietita y dejar que ellas vuelvan solas (que vuelven).
Y después dejá que los demás digan si son o no son gran cosa.
El cuento de la bañera y los cuchillos está muy bueno.
Besos.

ema déborah finzi dijo...

"[...] Tomatis cree que, como sucede con tantas otras cosas, lugares, objetos, amores, como la anticipación imaginaria de la experiencia es siempre más intensa que la experiencia misma...", (La pesquisa, J.J.Saer, 119). Se aplica, también, al pensamiento y, por ende, a la experiencia de la escritura...

Vero dijo...

Gracias, u.v.t. Lo tuyo es la arqueología, che, eso ni me acuerdo por dónde estará, debe ser de los primeros posteos. Quiero decir: te agradezco la apreciación y el interés para llegar hasta ahí.
Ema, un lujo tus comentarios para este blog. Fui a buscar el libro, claro (pág. 118 en mi edición). Habla de la expectativa de Pichón, diluida en la experiencia. Se aplica perfectamente, como decís.

ema déborah finzi dijo...

... también en la mía 118... y bueh... :)

inx dijo...

Qué viva, siempre las mejores son las que se escapan. Lo dice Homero Expósito en su tema "como es mejor el verso aquél que no podemos recordar"

Vero dijo...

O eran mejores pero se desgastan en el camino.
(¿Escuchaste Vete de mí por Caetano?).

mario dijo...

digo que hay que escibirlas, y hacerlo tan entregado, que sientan pena de no quedar impresas y se vayan entregando, al menos como las "puntas de un iceberg", lo que se lee o se ve es lo menos, lo más grande está bajo la superficie y eso: esta en la cabeza del que lo lee

una taza de té y un gesto

m

Vero dijo...

Qué bueno esto que decís, Mario.