Por leer a Portnoy me habían entrado ganas de ver El séptimo sello. La vi hoy, primero entera, después por partes, para repasar los parlamentos del escudero Jöns, que son para mí los mejores. Me recordó, en cierto momento, a Hamlet con la calavera de Yorick. Cabalgando, Block y Jöns divisan la figura de un hombre que parecer descansar junto a una roca. Jöns desensilla y se acerca a preguntar por una posada. Descubre que se trata de un cadáver ya corroído. Callado, monta. Tiene lugar este diálogo: B: ¿Sabía el camino? J: Poco sabía. B: ¿Qué te ha dicho? J: No habla. B: ¿Era mudo? J: No, de mudo no tenía nada. Más bien diría que ha estado sobradamente elocuente. A: ¿Sí? J: Sí, elocuente de veras. Pero su discurso ha sido lúgubre, hay que reconocerlo.
¿No es elocuente también Yorick?
Un bufón, otro: recordé también al sabio e irónico de Lear. Es que el mismo Jöns se retrata como bufón: “Aquí tienes al escudero Jöns. Se ríe de la muerte, blasfema, se burla de sí mismo y sonríe a las mujeres. Su mundo es sólo el mundo de Jöns. Un bufón ridículo para todos, incluso para él mismo. Un pobre bufón. Tan indiferente para el cielo como para el infierno”. Habla con crudeza del amor y de la muerte, pero simula bromear. Como Lear al bufón, Block lo malentiende (“¿Más canciones?”).
Muchas cosas se dijeron y se podrían decir, no investigué mucho así que quizá ya haya sido dicho, pero esto es lo que más me interesó, al menos esta vuelta: la elección de un personaje secundario para depositar algunas verdades. Quizás, llegué a pensar, el escudero-bufón tenga las respuestas que Block pretende sonsacarle a la Muerte.
2 comentarios:
No creo. Recuerda la parte de "me subleva nuestra impotencia para ayudarla, porque nuestro espanto es igual al suyo".
Juan está tan perdido como cualquiera de nosotros, sólo que a él le da igual: vivamos, y ya llegará lo que tenga que llegar, sea lo que sea.
De acuerdo, Jose. Así es, está perdido, y perdido señala la vaciedad y el absurdo. Un lúcido. ¿No creés?
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