Me doy cuenta de que muchas veces los comentarios que dejo en los blogs que me gustan (los que está ahí a la derecha) tienen referencias literarias. “Leer es relacionar lugares lejanos”, dice Link. Pero lo mío es vicio, exageración. Creo que no queda muy bien eso. En un ambiente más bien ameno voy y dejo a Lamborghini ahí tirado con esa cara de: “¿Para qué me trajiste, si se puede saber?”. Tampoco digo que lo voy a dejar de hacer, porque no puedo evitarlo. Yo no relaciono lugares lejanos, sino que ellos vienen a mí mientras estoy leyendo aunque no quiera, me cachetean: “Mirá, acá estoy, soy esta cita, ¿no te acordás, tarada?”. Así que, lugares lejanos que vienen a mí, no se quejen de las fiestas a las que los llevo, que ustedes se lo buscaron. Los del costado: ténganme paciencia, yo soy la chica de la Luna de Valencia.
martes, mayo 16, 2006
En la luna
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5 comentarios:
y por qué te cuestionás eso?
Me pierdo en la parte en que le das importancia a lo que los demás piensan de tus comentarios, a la mirada del tercero, lo que uno dice, comenta, piensa, no se cambia, se sostiene.
Y si se cambia se niega, por eso somos mujeres. ( joda )
Uh, eso que vi ahí es wimbledon, algo que no entendía.
No veo cuál es el problema. Es una conversación. Cada uno conversa de lo que más a mano tiene. Y no sé si en eso, en tratar de limar la distancia, no hay un deseo de meterse en el otro, que sabe mundos distintos. Eso está bueno. Me parece a mí.
Bueno, Julieta, Fander, ayer tuve ganas de escribir eso después de leer un comentario propio en lo de Silvia Sue. Me pareció muy colgado (y me mandé un post más colgado todavía). Trato de cuidarme de no ser grosera al comentar, y ayer me pareció que anteayer estaba haciendo aspamento de mis lecturas cuando no venía al caso. Hoy me parece que no, que era un comentario apropiadísimo, porque incluso ella había llevado a Cortázar a la reunión, así que les doy la razón. ¡Quién sabe mañana! Un beso.
Vero querida, a mí me pasaaa...lo mismo que a Usteeee.....
El comentario que hiciste venía como anillo al dedo, y a mí me recordó a un autor que tengo medio olvidado, y que me encanta.No solamente me llevé a Cortázar, sino que no sabés a la cantidad que pienso llevar todavía, o a los mismos siempre pero en otros textos, porque es un ejercicio que nos hace bien a todos, nos identifica y nos aporta, y que me dá mucho placer, sobre todo.
Uy, ya estoy como vos, en eso de la cantidad...¡no vayan a pensar que me hago la léida, eh!
Es medio inevitable, ¿no?, que uno recurra al repertorio de metáforas de que dispone para mejor expresarse. Como dice uno que leí ;-), a veces los nombres propios funcionan como abreviaturas de ideas más complejas, como metáforas de un nivel "N".
Silvia: se me ocurre que la única manera de que alguien logre no pasar como "leído" es que deje de leer. En esa empresa te quiero ver :-)...
Creo que, en sintonía con lo que dice Fander, la cuestión es si la cita es una invitación a seguir el diálogo o un mandar a callar al otro... y la percepción acerca de si es una cosa o la otra depende de tantos factores...
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