11 hs. Me levanto sumamente decidida a ir a comprar facturas. El frío me hace recular aun antes de salir de casa. Llamo a mamá: “Ma, decime otra vez cómo se hacen los buñuelos”. No tengo esencia de vainilla. Le pongo a la mezcla dos cucharadas gordas de dulce de leche. Los actores llegan a las seis. Para esa hora pienso tener hecho un montón de tortafritas, así que guardo el aceite.
13 hs. Marce viene y me muestra un ladrillo de tergopol que acaba de confeccionar. “Quedó muy bien. ¿Con qué lo pegaron?” “Con el mismo tergopol, calentándolo”. “Impresionante”, se felicita. Le sugerí que le pusiera papel y plasticola antes de pintarlo (cartapesta), pero visto que está destinado a volar hacia e impactar sobre la cabeza de Javi, teme noquearlo.
16 hs. Terminamos de almorzar recién. Ya cosí el moño amarillo para el traje de El Marinero más Feliz y corté la B de paño lenci para Bóliman. Acabo de decidir dos cosas: primero, compraré el catering, en vez de tortafritas dispondré unas tres docenas de facturas, café y yerba hay en cantidad más que suficiente; segundo, no tiene sentido que suba esto al blog a la noche, así que voy a ir transmitiendo casi en vivo, digamos cada dos o tres horas o cuando se den las indispensables condiciones de poder y querer hacerlo. Me corrijo: no tiene sentido de ninguna manera. Pero lo voy a subir igual.
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