Quemo la tarde en este fuego fatuo -frío y mineral- del
quehacer. Vivo, en apariencia. Para respirar tengo que
abrir una ventana y leer: “Y como la más pesada losa de la melancolía es el
miedo al final desesperanzado de nuestra naturaleza, Browne busca bajo aquello
que se escapaba de la destrucción, busca las huellas de la misteriosa capacidad
de la transmigración que tan a menudo estudió en las orugas y en las mariposas.
El pequeño jirón de seda de la urna de Patroclo, sobre la que hace una
exposición, ¿qué si no es lo que significa?” (W.G. Sebald, Los anillos de Saturno).
7 comentarios:
Gran descubrimiento tu blog, deliciosos fragmentos que dejan con ganas de más!
Muchas gracias, Carter, me alegra que lo... degustes. Saludos.
mi eterno vacilar entre "jirón" y "Girón". Sepa comprender el pasado. Beso y felicitaciones: ventanas abiertas.-
Bueno, quizás se dé el caso de un jirón girón de tan girador, reversible. Mas que felicitaciones, vendrían bien unas condolencias, mirá. Un beso, Tam.
Mmmm... Me refería a lo hermoso de tu prosa. Para llegar al "contenido", qué querés que te diga, estimada Vero: me hace falta papel, relecturas varias.
Estima, entonces.
No había cachado. Es que ante la duda opto por no creérmela. La prosa, mayormente, es de Sebald. La entradita nomás es mía, y por ahí pido condolencias, por lo que se encarama, la rutina arácnida de la oficina. Pero no me extiendo: es de mal gusto abusar de la autoconmisercación. ¡Beso!
Sí, sí, comentaba en general: cuando escribís la "situación" de lectura de algo, tu estado de ánimo o palidez; la delicadeza en general de tus observaciones-marco en torno a lo que nos acercarás. ¡Beso! :-)
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