En estos días vi dos documentales sobre Thomas Bernhard. En uno
se dejan ver los aparejos usados para la filmación y a Bernhard esperando que el
escenario esté dispuesto. Se muestran los artefactos, se desnuda el artificio. En
el otro, le dice a un periodista azorado después de una perdigonada de respuestas brutales:
“No soy fácil, ¿eh?” Y se ríe. ¿Qué son esa pregunta y esa risa sino un voluntario
desenmascaramiento?
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