miércoles, octubre 19, 2011

Lo inane


El libro mayor de Cohen habla del intrincado -tanto en geografía y como en lenguaje- Delta Panorámico con sus flaycoches, monitorios y el vicio de perderse en otro mediante la panconciencia, pero sobre todo de la vida encajonada de un vendedor mayorista de ropa interior y de lo que le pasa cerca: la venta que ralea en el negocio, los hijos que dejan la adolescencia y despuntan inclinaciones que les van demarcando un factible futuro -música uno, diseño de ropa otra- y la mujer que también anda inclinándose, hacia la escultura, ella. Más precisamente hacia un escultor. Que lo engaña, vamos. Todo a mano con o sin Delta. Me acuerdo de estas cosas hoy que Cohen me trae noticias de Larkin, mientras avanza el subte y me trae en su panza de lombriz. Y llego y anoto lo recién pensado, a lo que quizá no vuelva más tarde: que entiendo el gusto de Cohen por calzarse el sayo de Larkin para traducir Ventanas altas. “Me lo tomé como escritura propia, es decir, no sólo como un trabajo profesional, sino como un ejercicio espiritual, por así decirlo”, dijo el día que lo vi en la Feria del Libro, aunque eso se lo oí decir mucho después. Larkin arma poemas sobre el pasto cortado, una pareja que pasa, una invitación para una velada letárgica, el dinero periódico. Se lo acusó de provincianismo. Y Cohen, como quien levanta el escudo de otro: “Cuando una vez le dijeron que algunos lo criticaban por pintar una vida irreversiblemente anodina, replicó: ‘Me gustaría saber cómo pasan ellos el tiempo. ¿Matando dragones?´”.

2 comentarios:

Pablo Seguí dijo...

Che, Vero, ¿está mal no haber leído Cohen hasta ahora? ¿Qué me recomendás?

Saludos sanvicentinos.

Vero dijo...

Y... está bastante mal, sí. Te disculpa el interés. A ver, voy a hacer mi ranking, ya que en ésas estamos:
Donde yo no estaba
El testamento de O'Jaral
Los acuáticos
El fin de lo mismo
Casa de Ottro
Insomnio
El sitio de Kelany
Hombres amables
Impureza
La primera es una genialidad incomparable. De algunas de esa lista a veces aparecen ejemplares en usados o saldos. Inolvidables veladas y El país de la dama eléctrica no me gustaron mucho. El instrumento más caro de la tierra lo hojeé un poco y no me enganchó. Me parece que no leí nada más. Me dijeron que estaba buena El oído absoluto. Ahora sacó Balada, pero le veo por la facha (desde la "semblanza" de la contratapa) un aire a Impureza que no es de lo que más me gustó, como se ve ahí arribita. Beso bis.