El carácter atroz del segundo laberinto en el relato de Borges “Los dos reyes y los dos laberintos” está dado por la ausencia de límites visibles. El rey se encuentra atrapado en la vastedad del desierto. En última instancia no es el desierto sino el propio cuerpo -con sus requerimientos- el lugar de donde no es posible escapar.
El lugar está dividido en tres partes y en cada una hay modalidades diferentes de un laberinto -conforme avanza la lectura crece la sospecha de que se trata de uno solo. En la primera, toma la forma de cuartos sucesivos a los que no se puede retornar una vez abandonados. La progresión a través de los cuartos se asemeja a la del ciclo vital: vacíos al comienzo, más o menos cómodos después, se degradan hacia el final, plenos de escombros y ratas. Lo peor son las salidas engañosas. En esta primera parte, hay una playa cercada por los paredones de cemento -la larga oruga de los cuartos- y el océano insalvable.
En la segunda parte el laberinto desemboca en un patio. Una vez más parece haber salida: uno de los límites del patio es una verja con un portón de hierro que puede ser abierto sin dificultad. Abierto a la selva cerrada y sus fieras. El siguiente recodo es un poblado escenográfico.
Al final de la tercera parte el hombre arriba a la ciudad de la que provino y a la definitiva desesperanza. Entendemos que quizá el lugar abarca todo espacio donde el hombre se lleve. Como los cuartos del comienzo los interrogantes no tienen fin.
“Ahora que la ciudad, mi ciudad, me resulta ajena y aun repulsiva, pienso que estoy repitiéndome en mi actitud de aquel otro lugar. Que no lograré aproximarme realmente a ninguno de mis amigos, ni a Ana, ni a ninguna otra mujer; que sólo los utilizaba para olvidar la soledad, para evadirme de este, ser que me habita, que me odia, que me obliga a actuar en contra de mí mismo.
Sí, ahora veo que siempre me moví entre extraños, sin amarlos; y que yo mismo soy un extraño para mí. Tan ajeno como esta ciudad, como esta casa, como aquella otra ciudad y sus selvas y túneles. El extraño soy yo.”
2 comentarios:
Me parece que "EL LUGAR" es la segunda y "PARIS" la tercera. Chequealo y decime. Beso.
Gus, tomé en cuenta el orden que dispuso De Bolsillo (así están marcados los lomos de ese ganado, 1 La ciudad, 2 París, 3 El lugar). Pero creo que sé a lo que te referís: El lugar fue escrita antes que París, aunque se publicó después, leí una entrevista a Levrero (la linkeó Luis hace poco) en la que habla de eso y de los motivos por los que demoró la salida de El lugar. Ya que estamos: esa cajita la compré en parte por recomendación tuya, te agradezco, las tres novelas me gustaron mucho. Un beso.
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