El lector al que me dirijo va a mis actos públicos. Es más inteligente que yo, por eso se va antes de que termine de hablar. Eso hace que trate de superarme para seducirlo, pero él se sigue yendo siempre antes. El día que no se vaya estaré más cerca de lograr la obra perfecta. Por lo tanto, más cerca de la Recoleta.
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