viernes, mayo 15, 2009

La comprensión de una gran inutilidad

Pero la pregunta que todos querían ver contestada era: ¿tendría yo el temple y la fuerza como para empezar todo de nuevo desde el principio? Yo dije que sí, de lo contrario sería alguien que ya no tiene sueños, y sin ellos no querría vivir.

Werner Herzog, Conquista de lo inútil (Diario de filmación de Fitzcarraldo)

Un mediodía de abril en que deambulaba como tantos otros por librerías de la avenida Corrientes me sentí alcanzada por un rayo en medio del patio tal como dice Horacio Oliveira que se manifiesta el amor cuando vi sobre una tapa la foto inconfundible de un desaforado Kinski en primer plano -el saco blanco como tirado al descuido sobre el cuerpo- y detrás, entre la neblina, el barco montañés. Pagué y me llevé la tapa y el resto del libro a un bar cualquiera pero cercano, cercano. Mientras leía el Prólogo, donde el barco que trepa la montaña es un perro y sus dientes, las manos me temblaban de tal manera que tuve que fijarlo contra la mesa inanimada para evitar el aleteo del papel y la consecuente dificultad para la lectura. El libro está colmado de imágenes poéticas -el autor habla de "paisajes interiores"- surgidas de una sensibilidad quizá acrecentada por el cerco de la selva -vegetación, agua, podredumbre- y, más todavía, por el cerco que Herzog se impone al perseguir una idea hasta el final: remonta su película, como el barco, contra el sentido común que le indica que sería mejor abandonar la empresa. (Al pensar en subir esto al blog recuerdo el cono de Bernhard). En varios momentos me conmovió. Quizá más tarde -esto puede ser mañana o pasado- copie algunos fragmentos.

4 comentarios:

Mariana dijo...

Esas cosas que pasan... no hace mucho que leí una nota sobre Herzog creo que en la Ñ y pensé pronto quiero tener ese libro entre las manos.
Esperaré a que llegue mañana o pasado para que me adelantes algo, total con los libros no me pasa como con las películas, los libros me dan ganas de tenerlos y de recordar cuando lo leo donde lo leí antes.
Gracias por volver!

Pablo Seguí dijo...

"Coup de foudre". En francés: flechazo, amor a primera vista. El golpe de un rayo.

e. r. dijo...

Vero! Ayer no pude ir, porque ya había una obra de teatro en Colegiales que teníamos pactada. De la emoción de Fitzcarraldo ni me acordé. Lo cierto es que no vi todavía la peli, un bajón; pero no creo que el barco se vaya muy lejos, siempre habrá tiempo para subirlo a la montaña, no? Te mando saluditos y la próxima me toca ya la visita...

Vero dijo...

Sí, Mariana, habremos leído la misma entrevista, justamente decía hace un rato que había leído que no se consideraba romántico, seguro es ahí donde lo leí. Cómo gracias, che, yo tendría que agradecer que sigas pasando por acá.
Ah, Tam, no sabía que era una expresión habitual en francés, mirá vos, te agradezco el dato.
Pero Ever, se puede leer el libro sin ver la peli sin... menoscabo (bueno, no se me ocurre otra palabra), fijate, porque casi no se habla de la peli, sí de lo que pensaba y sentía Herzog mientras filmaba. Igual si la querés te hago copia. Veo en tu blog que me ofrecés peli sobre novela checa, nos encontramos uno de estos días en plan canje.
Besos a los tres.