viernes, mayo 30, 2008
Borde
Me atrae ese abismo (me dejo atraer), camino y al acercarme veo cómo se acrecienta la penumbra. (Así lo percibo, aunque razono que lo que aumenta es mi campo de visión de la penumbra, que es como decir la oscuridad en mí). Entonces mi verticalidad se me hace temeraria y temo: si llego al borde comenzaré a balancearme, adelante cuando la sima tire del pecho, atrás cuando la cabeza pugne por la tierra. Decido, unos metros antes, acostarme en el suelo áspero, boca abajo. Horizontal, me aferro. De esta manera repto hacia el borde. Cuanto más me acerco más parece que trepase. Ya el filo se acerca a mi cabeza. Se lanza la ceguera sobre mis ojos y sigo avanzando todavía un poco.
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1 comentario:
Todavía, un poco.
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