lunes, febrero 25, 2008

La casa y los fusiles

En nuestra casa, en este inmenso edificio de las afueras, un verdadero conventillo mezclado con indestructibles ruinas medievales, se difundió esta mañana el comunicado siguiente:
A todos mis coinquilinos. Poseo cinco fusiles de juguete. Están colgados en mi armario, uno en cada gancho. El primero me pertenece, por los demás puede presentarse cualquiera. Si se presentan más de cuatro personas, aquellas de más deberán traer sus fusiles personales y depositarlos en mi armario. Es necesaria la unidad de acción, sin la cual no se adelanta. Por otra parte, mis fusiles son completamente inservibles para cualquier otro uso, el mecanismo está deteriorado, el corcho se soltó, sólo los caños disparan ahora. De manera que no será difícil llegar a conseguir otros fusiles como los míos. Pero, en realidad, en los primeros tiempos sirven también personas sin fusiles. Nosotros, que estamos armados, formaremos en el momento decisivo una barrera en torno de los inermes. Método que dio buenos resultados en las luchas de los primeros colonos norteamericanos contra los pieles rojas. ¿Por qué no habría de funcionar también aquí, donde la situación es análoga? Por consiguiente, a la larga, se podría hasta renunciar a los fusiles y hasta los cinco de mi propiedad no son absolutamente indispensables, y se usarán solamente ya que están. Si ustedes no quieren, sin embargo, armarse con los otros cuatro, dejen, no más. Quiere decir que sólo yo llevaré uno, en calidad de jefe. Pero nosotros no debemos tener un jefe, de manera que también yo romperé o abandonaré mi fusil.

Franz Kafka, Cuadernos en octava

22 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Todos hablan de Hidulia o estoy paranoico?

Anónimo dijo...

Me parece un texto desquiciado, pero ilustra algo que a mí me parece muy cierto: la imposibilidad de especular con antelación sobre los hechos. El punto de apoyo, el único, es moral. No está mal: "no debemos tener un jefe". Y eso manda al mazo todas las especulaciones anteriores. Es interesante pensar que la pregunta de por qué no debemos tener un jefe no tiene respuesta. Es la que da respuesta a todo lo demás. Si la hubiera planteado como una condición, al principio, no habría fusiles o seguirían ahí colgados. No habría texto, un pequeño detalle. Si desde el principio rigiera la norma, aventuro, nada se habría escrito. Toda escritura burla a la norma, además, porque si nos pusiéramos estrictos, este texto está "fuera de lugar" (y todo texto fuera de lugar viene a cuento). Y si me deja un poco más, una moral que se precie no deja espacio a ninguna cosa que no sea su propia celebración.

Vero dijo...

¿Si Kafka hablaba de Hidulya? Hablaba, creo yo, de la naturaleza humana, así que sí, en parte. Es altamente probable que esté paranoico, si lo pregunta y además firma como anónimo.
No sé si desquiciado, Carlos, es bastante corriente olvidar que los fusiles son de juguete (y ni siquiera funcionan muy bien). Lo bello del fragmento, lo que lo justifica, para mí, es la decisión de abandonar o romper el fusil. Fijate: "también yo". Los está invitando, ¿no? Ah, en estos casos me desespera no saber alemán.

Anónimo dijo...

Lo que yo digo desquicio... por ahí tiene que ver con la traducción, no lo sé. Por ejemplo: "inservibles para cualquier otro uso" (¿a qué otro uso se refiere?), o "la situación es análoga" (¿pieles rojas en las afueras, entre ruinas medievales?). Hay una lógica inestable, una especie de nebulosa, seguramente propia del autor, como si dijera, esta es la lógica posible (dudosa), y entonces... esta otra es la que podría ser la Ley (la de los hermanos desarmados)

Vero dijo...

Lo del "otro uso" también me había llamado la atención. Por ahí es para reforzar la idea evidente de que no sirven para nada. ¡Ja! Lo de la situación análoga es buenísimo: seguramente no es análoga, y además, revirtiendo la cosa, pensá qué harían los colonos con fusiles de juguete, rotos. Eso es genial, para mí, la exposición más clara del absurdo.

ebrocken dijo...

El espacio que se construye desarmándose. Muy kafkaesque. Mismo principio que el ha poco citado por Kuru.
Es verdad, la traducción mete sombra. De hecho, mete sombra quitándola, ya que elimina, right from the start, la circunstancia en que aparece el aviso: "am nebligen eisigen Wintermorgen", "en una helada y neblinosa mañana de invierno".
Más impresionante todavía, de traducción hablando, es lo que la historia le hizo a la palabra "jefe". Un escozor debe recorrer el espinazo del lector alemán al leer, en lugar de nuestro "Pero nosotros no debemos tener un jefe", la frase "Aber wir sollen keinen Führer haben".
Para chapuceros como yo, o para expertos: el original aquí (http://gutenberg.spiegel.de/?id=5&xid=1358&kapitel=1#gb_found), con el siguiente comienzo: "In unserem Haus, diesem ungeheuren Vorstadthaus".

Anónimo dijo...

Un líder, sería, ¿no? Aunque líder en español, leader en inglés, da un poco la idea del que encabeza, el que va delante.

Franco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Franco dijo...

Maldita PC. Así jamás triunfará la revolución.

ebrocken dijo...

Un líder, puede ser, también un caudillo, pero quizás convenga dejar el término alemán:

¡ein Führer!

Vero dijo...

¡Ah! Y pensar que tantas veces me digo qué carajo hago perdiendo tiempo con esto de los blogs. Estas cosas me desparraman de gusto, Ebrocken. Gracias, gracias. Uf, mi traducción: Ediciones del Libertador, tiene Consideraciones sobre el pecado y Cuadernos en octava, no me acuerdo quién tradujo, no tengo el librito acá. Es lo que conseguí, qué se le va a hacer. Nunca lo había leído, el de de Alianza no lo vi por ningún lado salvo en la foto cruel de Leandro (ver acá: http://seikilos.com.ar/blog_sp/labels/kafka.php), éste lo vi y compré el sábado al mediodía y lo leí entero el domingo (es cortito, pero muchas partes las leí varias veces, no sólo para degustarlas despaciosamente sino porque como siempre digo soy de entendimiento lento, es decir, para por lo emnos empezar a gustarlas). Ya fui y recorté el cacho, ahora le mando mail a una amiga berlinesa (no cofundir con bola de fraile) para que me diga qué ve ella (ah, la nombré en el otro post, Birgit). Besos.

Pablo Contursi dijo...

Ediciones Libertador. Tengo un libro de esa editorial: mal traducido y tremendamente mal editado. Algo que literalmente no se puede leer (ni literalmente ni de ningún otro modo).

un viejo tanguero dijo...

A mi lo que me llega es el movimiento del corazón. Esa cosa dicha a media voz. Como un chico proponiéndole un juego a otros chicos. Siempre brillante, pero, ante todo, siempre tierno.
Besos.

Vero dijo...

P.C., claro, me doy cuenta, pero hace rato que lo buscaba y me conformé a pesar de la traducción ostensiblemente ríspida (por dar un ejemplo, hubiese preferido leer en vez de "sus fusiles personales", "sus propios fusiles"; mirá, está ese "dejen, no más", decime si no es como si chillara). Algo queda, igual. Debe ser eso del movimiento del corazón del que habla uvt.

Anónimo dijo...

Consideraciones... (que a su vez trae los cuadernos en octavo -sí octavo y no octava, según traducción-) lo tengo editado por Ed. Alfa Argentina - 1975. La traducción es de un tal Adrían Neuss

dice así:

En nuestra casa, en este inmenso edificio de las afueras, un verdadero conventillo mezclado con indestructibles ruinas medievales, se difundió esta mañana el comunicado siguiente:
A todos mis coinquilinos.
Poseo cinco fusiles de juguete. Están colgados en mi ropero, uno en cada gancho. El primero me pertenece, por los demás puede presentarse cualquiera. Si se presentan más de cuatro personas, aquellas sobrantes deberán traer sus fusiles personales y depositarlos en mi ropero. Es necesaria la unidad de acción, sin la cual no se adelanta. Por otra parte, mis fusiles son completamente inservibles para cualquier otro uso, el mecanismo está deteriorado, el corcho se soltó, sólo los caños disparan ahora. De manera que no será difícil llegar a conseguirse otros fusiles como los míos. Pero, en realidad, en los primeros tiempos sirven también personas sin fusiles. Nosotros, que estamos armados, formaremos en el momento decisivo una barrera en torno a los inermes. Método de lucha que rindió buenos resultados en las de los primeros colonos norteamericanos contra los pieles rojas, ¿por qué no habría de funcionar también aquí, donde la situación es análoga? Por consiguiente, a la larga, se podría hasta renunciar a los fusiles y hasta los cinco de mi propiedad no son absolutamente indispensables, y se usarán solamente ya que están. Si ustedes no quieren, sin embargo, armarse con los otros cuatro, dejen no más. Quiere decir que sólo yo llevaré uno, en calidad de jefe. Pero nosotros no debemos tener un jefe, de manera que también yo romperé o abandonaré mi fusil.

No muy diferente. Apenas un cambio de palabras. Un pelín mejor redactado, pero nada más.

Por cierto: el epígrafe de mi librito es de este libro. Y el título, inspirado en la traducción del título original, que por lo que veo no tiene demasiado que ver:
El título original es Tagebücher, briefe, Aphorismen, fragmente.

Ahora es tarde, pero para la segunda edición lo llamaré: Agendas, Tutiplenes, Letras y Aforrismos.

Edelmiro Pastoroto dijo...

recuerdo mi diálogo un poco dificultoso (mi alemán es bastante deficiente) con Max Brod, en la lejana Palestina en aquel lluvioso día de diciembre del 1955, las jugosas anécdotas que me contó acerca de Kafka y que me es imposible transcribir aquí en este momento ya que he perdido esas anotaciones en una situación muy particular que no viene al caso...

lo que sí puedo decirles es que su mujer, Elsa Taussig cocinaba (¿cocina? ¿mi situación me permite hablar en pasado? ¿no puede ser que algún día vuelva a cocinar para mí?) unos exquisitos platos de mejillones.

saludos

ebrocken dijo...

Ja, ja, ja. Alfa remixada -y empeorada- por Libertador. Gracioso hallazgo.

Vero dijo...

Gracias, Luc, por acercarme otra versión. Me fui a fijar, Ebrocken, la mía dice (c circulada) de la traducción Carlos Samonta. Por ahí quiso asentar que es una buena copia (right copy). ¡Jua!
Edelmiro, largá esos mejillones que te hacen alucinar, che. O convidá por lo menos.

Vero dijo...

Bueh, no sé si a esta altura de los días alguien se acercará a este rincón de la haus, pero por si se asoman: Birgit me dice que una traducción cercana al significado de führer sería líder, más que jefe. Y claro que en Alemania ahora se asocia con Hitler, pero no en el '17 cuando se escribió esto. Que lo que agregó Ebrocken le parece adecuado. Y que lo demás está bastante bien.

ebrocken dijo...

Mi subrayado del término führer, y el imaginado escozor en el imaginado espinazo del imaginado sujeto alemán, apuntaban, justamente, a ese anacronismo, que es una realidad de la cabeza y el corazón. Imposible leer hoy -y no me refiero sólo a los alemanes- la palabra Führer sin evocar, aunque más no sea como una sombra, al gran dictador con que se identifica esa palabra. Es tan icónica como los bigotitos. Más: el hecho de que Kafka fuera judío y el de que en este texto se rechace en primera persona del plural, en lengua alemana, la necesidad de un Führer, introduce un pliegue en el tiempo y la lengua. Es como si la propia lengua alemana se opusiera a una realidad histórica en ciernes. Efecto retrospectivo de premonición. Pensando en estas cargas semánticas, me viene a la cabeza esa fórmula que Borges aplica a un libro suyo y al Capitán Richard Burton: "enciclopédico y montonero". ¿Qué asociación dispara, quiérase o no, este adjetivo, "montonero"? Es evidente que Borges lo usaba en el mismo sentido decimonónico que Groussac cuando definió a Sarmiento como "el formidable montonero de la batalla intelectual". Pero nosotros lo leemos ahora.

Unknown dijo...

Quiero una arma ya. Quiero vivier en EE.UU

Vero dijo...

No era una réplica lo de Birgit, Ebrocken, aunque ahora veo que tal como lo dije (mal) así parece. Seguía la línea de lo dicho y asentía. Sobre el repliegue de la lengua alemana: Deleuze habla de una operación política de desterritorialización a través de la lengua en Por una literatura menor, teniendo en cuenta que K. es un judío checo que esribe en alemán, nada menos que la lengua del invasor. La... uy, ahora me sale esta expresión: la percude. Por medio de la animalidad, por ejemplo (los chillidos en Josefina, los ruidos de Samsa). pensando en todo esto, diría, retomando tu excelente frase: Es como si Kafka opusiera la propia lengua alemana [las armas del otro, agrego, disculpá el libertinaje] a una realidad histórica en ciernes. Un abrazo.