viernes, enero 18, 2008
Religiones
En el Pensar me piensan, luego existo. Me acuerdo de la frase de Berkeley sobre la que se asentó Film, de Beckett: ser es ser percibido. Y en las religiones de Tlön. Me levanto a buscar el cuento. Leo otra vez y causalmente encuentro a Berkeley por ahí, un punto de la red que venía tejiendo, pero aislado del resto, mera referencia, punto saltado, seguido por conceptos que sí entran en la trama: “Hume notó para siempre que los argumentos de Berkeley no admitían la menor réplica y no causaban la menor convicción. Ese dictamen es del todo verídico en su aplicación a la tierra; del todo falso en Tlön. Las nociones de este planeta son -congénitamente- idealistas. Su lenguaje y las derivaciones de su lenguaje -la religión, las letras, la metafísica- presuponen el idealismo”. Considerando al Yud, los motivos del Pensar, se me ocurre: esa religión tiene raíz tlönica.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Siempre pensé que la verdadera falla del solipsismo es hablar, comunicarse.
Un auténtico solipsista debería permanecer en silencio.
Porque si vos me hablás para decirme que estás solo/a en el universo, entonces... ¿yo qué soy? ¿un espejo?
Yo no soy un espejo. ¿O sí?
Besos
No. Besos.
Publicar un comentario