miércoles, noviembre 22, 2006

Lo que K. nombra

Kafka intuyó que sólo se nombraban un número mínimo de los elementos del mundo circundante. Una afilada navaja de Occam se hundía en la materia novelesca. Nombrar lo mínimo y en su pura literalidad. ¿Por qué? Porque el mundo volvía a ser una selva primigenia, demasiado cargada de sonidos ignotos y de apariciones. Todo tenía una potencia enorme. Por eso era necesario limitarse a lo más cercano, circunscribir el área de lo nombrable. En ese círculo fluiría toda la potencia, dispersa de otro modo. En aquello que se nombra -una taberna, una diligencia, una oficina, una habitación- se concentraría una energía inaudita.

Roberto Calasso, K.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hace pensar en dos palabras: minimalismo y psicoanálisis. La letra, para el psicoanálisis, es algo así como lo que se va recortando de todo lo que uno dice. Uno habla, habla, habla, y hay una mínima cantidad de nombres que van quedando, que no pasan. Para Lacan eso es "la letra".
O cuando uno le dice algo a una mujer, se me ocurre en mi reiterancia. Cuanto menos uno le diga mejor. Hay que saber ser certero.
Bueno, otra vez me navegué. Disculpe. Me encanta que postee más, pero tengo miedo de que al decírselo le agarre la timidez y postee menos. Sea visceralista de una buena vez.

Vero dijo...

Acá, lo mínimo para aludir a lo máximo, potencia del símbolo. Por eso también la vaguedad en la descripciones ("opacidad de la ley"). Derive, nomás, nada que disculpar. Y gracias. Y un beso.

inx dijo...

Justamente, Vero, Calasso alude a la potencia del sìmbolo porque propone (como Pavese) que el mito es eso que sucede de una vez y para siempre. Después, todo lo invoca, lo sustituye o lo repite compulsivamente a lo largo de la historia, esa aceitada máquina de la repetición, la sustitución y la la compulsión humanas.

Tino Hargén dijo...

por cada palabra escrita quedan millones en silencio

toda palabra escrita es palabra rescatada, cuantos menos rescatemos más feliz será escaparnos a vivir con ellas...

Vero dijo...

Inés, ¿qué puedo decir? Sí. Tenés que leer K., te hago una copia para llevártela cuando nos veamos.
Tino, hermoso y cierto.
Besos.

jmslayer dijo...

Me gustó este post o el texto, que para el caso es lo mismo. Me preguntaba mientras lo leía qué pasaría en la mente de un tipo como Leopoldo Lugones. Saludos!

jmslayer dijo...

Como verá insisto (además de olvidar, porque ya me había olvidado de mi paso por este blog) en loguear en post pasados, antiguos, no actuales, porque me parece que así también deben leerse los blogs, hacia atrás, o el o los posts que mas nos subyuguen. Para advertir este tipo de comentarios, tardíos si se quiere, sin repasar uno por uno los post (una locura) se puede escribir la dir de email en la casilla: "Dirección de notificación de comentario", en la solapa "Comentarios", y listo. Es una sugerencia.
Muchas gracias por el link.

Vero dijo...

Pero sí, jmsalyer, me llegan a mi dire de yahoo los comments, es que estuve borrando mails del correo y me di cuenta que se me había pasado responder a su amabilidad. Una descortesía de mi parte.

Anónimo dijo...

"Nombrar lo mínimo y en su pura literalidad. ¿Por qué? Porque el mundo volvía a ser una selva primigenia, demasiado cargada de sonidos ignotos y de apariciones". Maravillosa observación, para darle vueltas en el pensamiento durante toda una vida.

Vero dijo...

El de Calasso es libro indispensable para tener otra mirada sobre Kafka, TM. Saludos.