miércoles, noviembre 22, 2017

Peculiar

Hoy por la mañana me pasó algo peculiar. Iba en el bondi para la escuela leyendo El mono en el remolino. En eso alguien del equipo de filmación de Zama le pregunta a un joven qom por qué no siembra, para que no le falte qué comer. Pero los qom ni siquiera lo consideran, son pescadores y recolectores, se aclara. Entonces me acuerdo de que a Zama le disgusta el pescado. Cuando se lo trae Manuel hace una mueca, lo acepta con la voluntad cercada por el hambre. Pero acá lo que abunda es la pesca, su producto. "Qué complicación para Zama", pienso. En seguida sonrío. Me doy cuenta de que por un segundo lo sentí, no lo pensé porque fue más instantáneo y evanescente que un pensamiento ya formado o incluso una impresión, como ser de carne y hueso. No solo eso, sino también contemporáneo y coterráneo, diría, de esos muchachos. Debería dormir más.

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