viernes, octubre 27, 2017

Tango

"Una mañana de finales de octubre". Así empieza. En Hungría octubre es otoño, acá, ahora, una primavera vacilante. Una mañana de finales de octubre por Kovalski me entero de que Tango satánico existe en este mundo. Es. Leo las páginas que invita Acantilado. El chirrido de los españolismos no alcanza a astillar la abrumadora melodía de la devastación. Releo después lo que escribí cuando se me había puesto la idea de comentar Sátántangó como quien describe el paisaje que se desplaza horizontal por la ventanilla del tren, al dejar correr la película, como ya había hecho con Stalker. Releo para que las palabras me acarreen las imágenes. Difieren, película y libro. No trató de encabalgarse Tarr. No esperaba eso, tampoco. ¿Cuánto más habrá que esperar?

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