Mañana
termina el ciclo de Fischerman en el San Martín. “Ya vendrán tiempos mejores”,
dijo el miércoles y nubló el mediodía. Hubo días -enteros- en que la mitad del
programa que podía abarcar con mi suelta para el almuerzo fue mi tiempo mejor. Quizá
se lo diga, mañana. Eso, o algo parecido: los restos que la timidez -siempre tan
avara- dejen a la palabra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario