Lela, mema: lamborghinizada. Cierto, a veces destroza
sintaxis, Lambor, tan Ghini, pero otras la deja in-có-lu-me y es peor la rompe
dura. Pongamos: “Nadie había en el cuarto -yo había. Haciéndome en el cristal
mirado, pasé, fui, viré en un círculo supuse, me deshice”. Uno diría: “yo
estaba”, “habiéndome en el cristal”, y así. Uno. ¿Y por qué? ¿Necesariamente estaba
y no había? ¿No me hice en el cristal también, cuando miré? Ya puestos: se
diluyen las frases hechas en el paladar. Una rugosidad. Ah, las palabras.
2 comentarios:
Ahí, donde vos sí estabas! yo estoy cohenizada ya para siempre.
Besos platenses color jaracandá.
Ansina es: uno lee y es como si nunca hubiera leído, una lectura sin estela, o es como si siempre siguiera leyendo. Cohen va también con los segundos. ¡Besos!
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