lunes, julio 25, 2011

Media copa

-Yo sé que no lo escribiste vos. Tengo varios libros tuyos pero ninguno a mano, así que… Además vi que le pedían que firmase a Pauls. Por eso me animé a pedirte que me lo dedicaras.

- Pero Pauls firmó al final del prólogo. Eso lo escribió él.

- Y bueno, vos sos el traductor, tuviste una intervención mayor. Si querés firmá ahí al lado de tu nombre, donde dice “Traductor”.

Le comenté que estaba leyendo a Lowry. “Otro enorme escritor. Lo que te puse ahí va por él también”. Leí un rato después: “¡Viva la literatura de los que ya no están! Y duran. Marcelo 2011”.

Primera vez que le pido a alguien que me firme un libro, y no es el autor. A nadie, nunca, antes, ni siquiera a los amigos. No sé qué me dio. Ganas, y le di el gusto, a las ganas.

Después, como suele pasar, deploré mi falta de ingenio. No haber dicho, por ejemplo: “Una vez te oí decir que el traductor es un intérprete del original, que sería la partitura. Prefiero la firma del intérprete que la de quien hizo el preludio”. Una cosa así. Más tarde me burlé de mis lamentos, tan presuntuosos. Además, me dije, no se le puede pedir mucho al ingenio habiendo tomado sólo media copa de vino.

3 comentarios:

KuruPicho dijo...

mejorando al oligofreniko de calamaro: "no se puede, no se puede vivir sin alcohoooooooooooooooooooool"

PC dijo...

V:
¿Dónde te lo encontraste?
Alguna que otra vez me pasó lo mismo... Pero me parece que a un tipo como él le deben decir cosas ingeniosas todo el tiempo (si hablamos de M. Cohen).
K:
Qué buen diagnóstico.

Vero dijo...

El alcohol hace las cosas más fáciles. Es una cita, omitiré la fuente.
Pablo, fui el viernes a la presentación del libro, acá:
http://www.crackup.com.ar/agenda.html
¡Pero claro! Aburrido debe estar de que intenten impresionarlo.