viernes, junio 04, 2010

Un instante

-Usted dice que la vida es como el día -dijo Felipe-. Ante todo le agradezco por haberse quedado a charlar con este farsante: es decir, conmigo. Si le inspiro lástima, o pena, eso no importa. No me critique. Yo digo: la vida es una cosa lejana, es una aparición. Es como una melodía olvidada, créame. La vida, una melodía que no volverá a escucharse sino más allá de la vida. Uno tendría que nacer de nuevo para encontrar una cosa que sea como la vida y que sólo se parezca a ella misma y no a una melodía. La verdadera vida dura un instante; el resto de los instantes, el resto de los años uno vive perplejo, con la boca abierta. Quiero decir que la vida, si no es muy poca cosa, deberá ser algo terriblemente abrumador; quiero decir que la vida no es, en ningún caso, un transcurrir de un cierto número de años. Si uno ha percibido el paso de aquel instante definitivo, estará a salvo del embrutecimiento. Quiero decir: a salvo de la vida. Por ese instante que nos revela la razón de vivir, sólo por ese instante vale la vida.

Jaime Saenz, Felipe Delgado

2 comentarios:

Salvador Guirondo dijo...

Gracias por compartir estas letras. Llegué a su blog gracias a Arseni Tarkovsky. Si me permite le extiendo un gran abrazo desde Puebla, México.

Vero dijo...

El padre de Andrei era un poeta enorme, me alegra que sea él quien lo haya conducido hasta acá. Un abrazo, Salvador.