En uno de tantos pasajes que me gustaron de Donde yo no estaba Aliano siente nostalgia por Cler, la mujer de la que ha debido separarse, y se recuerda leyendo junto a ella en el sillón “como siameses”, dice, como siameses pero tan lejos. En el recuerdo de Aliano, cada uno, concentrado en el libro que leía, caía desde esa lejanía como intruso en el pensamiento del otro con los comentarios sobre su texto-mundo respectivo, aunque al final del día tras esas invasiones a puro pellizco de palabras lo que leían y pensaban se entrelazara como ciertas plantas.
Ahora que leo El testamento de O’Jaral, muy anterior (’95) a Oficios ingleses (’04) no puedo dejar de trazar una simetría. Dos traductores, dos imitadores, las variadas formas del decir, los trucos del mago al descubierto (por tomar cualquier ejemplo, al tuntún: “una rampa bajaba hacia humosos amontonamientos de chozas cubistas y, pensaba el traductor O’Jaral, abigarradas”). También a los cantantes, que prestan su voz a lo que otros escribieron, se les llama intérpretes. Un dúo, pienso, entonces. De siameses.
(Además, aparte y entre paréntesis: Oficios ingleses está dedicado “a Marcelo”; Donde yo no estaba, “a Graciela Speranza, mi mujer”).
18 comentarios:
A mí me gusta la postura de Borges: el traductor es simplemente el próximo que corrige el borrador. También: todos somos intérpretes cuando leemos, no hace falta una lengua foránea: traducimos al leer al Quijote (porque ya no vivimos en la España de Cervantes), traducimos al leer a García Márquez, a Arlt, o a Cohen: acaso traducimos diferente con cada nueva lectura del mismo libro. Al comentar oralmente o en un blog un párrafo de un libro, como hacés vos, como hago yo, ya estamos traduciendo. Aún si reproducimos palabra por palabra el original: tus citas literales en este Infierno terminan siendo paráfrasis, traducciones.
De acuerdo con Leandro, cda lector es un traductor de lo que lee. No hay otro modo de atravesar un texto, de comprender a otro. Una lengua para cada quien. Con respecto a Donde yo no estaba, (que no leí aún) ¿cómo te suenan palabras como parecióme o cobertizo, que usa Cohen en esa novela? Tengo un amigo que está irritadísimo por haber encontrado cosas así en las primeras páginas. Irritado al punto de no querer seguir leyendo.
Les agradezco sus lecturas sobre la traducción, sus traducciones (que yo leo y traduzco). Otra que aparece en el libro de Speranza: "Escribir es traducir".
Inés, a mí pareciome que ésas eran marcas de un humor fenomenal. Mientras leía ese libro dije que me había dejado patitiesa para usar una palabra que él elegiría, esas palabras que dejaba caer manchando el brillo de tanto lenguaje pulido. Y zácate, páginas después apareció uno patitieso. Ahora, si a tu amigo lo irrita, que lea otro y santo remedio, ¿no? Se sabe: el arte es vasto, la vida breve.
Besos, gracias otra vez.
Ok, solo que veo un defecto en la linea "todos somos traductores": que para que leemo siempre los autores famosos, los ya consagrados, si no importa al final la obra original sino la lectura, la misreading...Pregunta antidemocràtica si los hay...En realidad el lector es siempre pasivo, compra lo ke le dicen, opina lo ke los otros opinan, le gusta creer ke sus opiniones personales coinciden con la de los entendidos, en suma la vieja ilusion hegeliana de la síntesis del todo y la parte, del yo, subjetivo y el objeto, universal...
deberìamos leer sin pensar en los nombres, entonces sì serìamos verdaderos lectores lanzados al vértigo de la lectura free...
Uno no puede dejar de darle la razón a Leandro al traducir las palabras de Borges, pero Kurubeta, me tienta, cómo me tienta...
Esa imagen Aliano/Cler... qué edén, putamadre. No? A veces nos avergüenza en justicia reconocer deseos así de tópicos. ¿No juntaban las cabezas Traveler y Talita para chumbarse los sueños entre sí?
(Al margen, respecto a esas palabras en Donde yo no estaba. Además del humor, Vero, yo veo en eso una particularísima redifinición que Aliano lleva a cabo con el lenguaje en su diario. Íntimo, ahí, eso... Tendríamos que juntarnos a hablar de Cohen, no te parece. La semana pasada hubiera sido redundante para que me prestaras Los acuáticos.)
Kuru, yo creo que leemos los autores consagrados por la misma razón que cuando hago pizza compro mozzarella de primera calidad: para un resultado satisfactorio, pretendo buena materia prima. Habiendo tanto libro por ahí, uno está limitado a un aspirar a leer sólo un puñado y no quiere perder el tiempo con libros malos. Para esa selección a priori, uno se guía por las estadísticas: si tal libro le gustó a Fulano y a Mengano, tengo buenas probabilidades de que me guste a mí (aunque esa lógica me falló con Bolaño, por ejemplo).
Finalmente, para traducir hace falta saber el contexto: no es lo mismo leer a Cervantes que a Menard, digo. ¿Qué valor tendría, si no fuera así, leer La Ilíada, digamos? Hay un texto de Eco muy divertido en el que lee a los clásicos en otro contexto (Kafka, la Biblia, Finnegans Wake, etc.), y no le termina satisfaciendo ninguno.
Yo siempre digo lo mismo, pero tendría que buscar decirlo de mejor manera (tarea para el hogar): no puede despegarse lo escrito del nombre de quien lo escribe, no existe la letra anónima, toda palabra viene sopesada por el nombre de quien la dice (digo nombre y no digo persona, ni personaje, ni "yo"; es letra que sella la letra, o letra que sella la carta). Una extraña marca que no la determina (ni se determina por intentar determinarla, siempre va a haber alguna cosita más).
Y agrego: será que leemos autores "consagrados" (o que estadísticamente les gustaron a otros) ¿porque cada texto crea también las condiciones de posibilidad de lo legible? ¿por que no todos los textos plantean los mismos desafíos ni exigen las mismas acrobacias? ¿Porque resulta que no es igual de divertido improvisar sobre la base de la canción del Arroz con Leche que sobre la base de Blue Train, de Parker? Y admitiendo esta facultad del lado del "autor" (la de ofrecer un marco o una gramática), admitamos también que un intérprete genial e inspirado puede hacer maravillas sobre el arroz con leche...
(caigo en la cuenta de que confundí a Parker con Coltrane; lo parió)
¡A la marosca! ¿Por dónde empiezo? Creo que mejor emprendo un comentario-mazacote: Pablo, pensando en lo que decís sobre el “Arroz con leche”, alguno dijo quién sabe si con ironía o admiración que Borges “mejoraba los originales” (a propósito: hace unos días Leandro subió un post muy bueno sobre una traducción que hizo Borges de un relato de Kipling). Lo que dice el Kuru me parece interesante para pensar cómo nos influye una teoría bien planteada, hasta dónde nos dejamos seducir y hasta dónde llega nuestro espíritu crítico. Ahora recuerdo que una vez hablamos acá de la traducción que hizo Borges de la frase clave en Bartleby (vos Carlos quizás te acuerdes, los demás no sé si frecuentaban el boliche por esa e´poca), “I would prefer not to”. Borges tradujo “preferiría no hacerlo” y Deleuze “preferiría no”. Ahora, Deleuze le dedica todo un ensayo a esa frase y al final no podés disentir, te acorrala. Esto ya lo dije una vez en otro blog, pero viene a cuento: siempre tengo presente lo que nos dijo una profesora en la facu (Adriana Amante, se llama), es más fácil refutar una teoría que estar de acuerdo, porque en el segundo caso vamos a tener que probar que no nos enamoramos de la idea, que no nos dejamos enroscar por una buena construcción argumentativa (o por el nombre, aunque yo sé que por más que lo diga Camus el bicho de “La metamorfosis” no es una araña, qué va). Carlos, bueno, claro, las teorías de interpretación inmanentes que pulularon a partir del formalismo fueron superadas, pero el otro extremo también es… resbaladizo. Yo qué sé, es una bestialidad decir, por ejemplo, que el de “La condena” se muere ahogado porque el padre de Kafka no le alcanzó un vaso de agua cuando era chico.
Puck, a vos te respondo aparte, porque agarraste para otro lado. Edén, ese… sustantivo calificativo (¡jua!). Sí, todo eso que decís al principio. Lo de las palabras, no sé, puede ser, pero habría que ver, contrastar con otros libros de Cohen. Mirá, esto es de El testamento…:
“Hay un momento de inercia, muy corto, como una hernia fugaz del tiempo”. Una imagen muy bella, delicadísima, de esas que me hacen caer de culo y el tipo tira de a una o dos por párrafo en Donde yo no estaba, como si nada. Ahora, en el mismo párrafo: “la especie de chitrulo que el Patín conoció en otros días”. Chitrulo es una… una antigualla (¡jua jua!). Desentona. Como pareciome, como cobertizo. Y éste no es un diario, ni siquiera se cuenta en primera. Creo que el tipo muestra que puede cambiar de registro cuando se le canta. Ahora, quizás haya una exacerbación de ese recurso en Donde yo no estaba porque es un dairio, lo tendría que masticar un poco. Ahora se me da por pensar en el uso de giros pasados de moda o del lunfardo en los blogs para crear un clima íntimo (pienso en Pablo, y en mí, por ejemplo).
Por lo de charlar, te mando mail.
Dejo cosas colgadas, pero bueno, ya es bastante, creo. Abrazos, no saben cuánto me gusta leerlos (bueno, ahora sí saben).
¿Y puede estar en juego otra cosa que seducción en una teoría (y pienso en Baudrillard, como lo más obvio, pero en Rorty también)? ¿Está mal dejarse seducir por lo que nos seduce? Hace un tiempo trajiste a cuento, Vero, a propósito del dilema de la interpretación la idea de una "erótica" del arte, o algo así (¿la Sontag era? Miren que curioso: recuerdo la idea, recuerdo el título, pero no estoy seguro del nombre, ¿acaso lectura free?)
Yo no hablé de los hechos, Vero, que mienten más que las palabras, yo hablé de los nombres, que es como devolverle la pelota al lector (siento que llevás tu molino para mi agua).
Podría sintetizarlo así: qué se yo quien es Borges para vos; o mejor, qué sé yo qué significa para vos el nombre Borges.
Vos pensás que exagero, ya sé (te cedo todo el justo medio), pero ¿sabías que hay un wing de Los Pumas que se llama Lucas Borges? ¿Alguna vez pensaste en un nombre más inadecuado para Borges que Lucas?
"Pelucas Borges, sus pelucas".
"Lucas Borges" es buenísimo. ¿No habrá algún otro que se llame Tadeo Isidoro Cortázar?
Pablo, seguí la conversación en la catedral.
Carlos, ahora caigo en que estabas comentando algo que había dicho Kuru. Agarré para otro lado, otras aguas. Me hiciste reír con lo de las pelucas, me lo imaginaba a Borges con el quincho de Silvio Soldán. Así sí que no hay teoría que seduzca.
Lo de Borges fue un buen chiste: Kafka y sus precursores, gente singularisima como Bloy o Kierkegaard...Depois exagerò la nota Eco: que Homero era posmo...Me referìa a eso, que un buen chiste pega, pero fundar toda una teorìa trìoada d elos pelos cansa...Ahora todo es deleuzizado o derridanizado (!?)Es la misma cosa, convertir el arroz con leche en Trane...en la teorìa, claro. No, leemos los consagrados porque el susurrealismo no pudo destruir las enciclopedias y los diccionarios ke contiene a los "grandes hombres"...por eso nomàs...Tememos caminar en la oscuridad haptica dela lectura propia, sì, decir ke Bolaño te decepcionò, amigo, ya es algo...Claro, puede ser mero resentiment, pero creo que es una cosa casi fìsica ya, los huevos han adquirido unas dimensiones elefantìasicas!!!Releer el texto de Cioran sobre Borges, que en una primera lectura es halagadora, pero en una segunda queda ese retintìn de "la nada sudamericana" y demàs conceptos irònicamente negativos, eurocèntricamente neohegelianos...saludos
"improvisar sobre blue train"
La gente que busque eso va a caer en este blog (realmente no creo que una persona pueda buscar algo asi; tal vez un par de monos tipeando...). Me resultó imposible no comentar algo, aun cuando parece que todos aca se conocen, más q nada por responder a kurubeta "No, leemos los consagrados porque el susurrealismo no pudo destruir las enciclopedias y los diccionarios ke contiene a los "grandes hombres"", a quién habrá leido el surrealismo no? Por lo general, vivimos en sociedad, y se hace imposible escapar a las recomendaciones y los comentarios; incluso, tenemos ya bastante libertad para elegir o por lo menos un amplio rango de opciones sobre poco tiempo disponible. Sin contar todo lo q leemos al pasar por la calle, o los blogs a los q caemos de rebote...suena bastante absurdo pero el artista es aquel q puede objetivar un gusto, presente o no en la sociedad, y al fin y al cabo, podés elegir leer cualquier cosa menos los "clasicos", gran parte de los que poblamos este mundo lo hace. Es mas probable q se canse de leer -o mirar o escuchar- a los "grandes" alguién con cieto bagage cultural, y que alguien que conoce a borges de nombre nomas -ni hablar de nombres complicados como dostoyevski- prefiera la lectura mucho mas comoda de fontanarrosa u otro autor, a no tomar despectivamente, popular.
pd: me encantó el blog...ahora voy a tener que leer una parva de libros cuya existencia me era completamente ajena...q choclasooo me mandeee je
¿Así viniste a caer acá? Los blogs infectan los buscadores con derivas raras, ¿no? Gracias por las opiniones.
Publicar un comentario