miércoles, octubre 25, 2006

Lo siniestro

Hay algunas palabras que asocio inmediatamente a un libro. “Siniestro” es, para mí, desde hace unos quince años y quién sabe hasta cuándo, El corazón de las tinieblas, de Conrad. El narrador se adentra en el Congo: ríos como serpientes, irrealidad, muerte. Por esta manía asociativa que tengo me acuerdo ahora de Herzog describiendo la selva en Enemigo íntimo, su ímpetu destructivo, la vida que surge a partir de la putrefacción. Lo familiar, ajeno. Nuestra naturaleza es también como esa selva, pero nos olvidamos. Somos tan civilizados.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Los monos cuando quieren ir a la selva vienen a la ciudad.
Es el nuevo turismo extreme.

Anónimo dijo...

Bien, Vero, usted también es siniestrista, sin duda. Dios los cría, ellos se juntan.
Me encantan los ejemplos que da, los comparto. Brando como Kurtz es siniestro, por supuesto. "Enemigo íntimo", otro buen ejemplo. ¿Se trata del loco Kinsky, no? El padre de la adorable Nastassia, un loco de atar.
¿Nunca tuvo una pelea con un amigo íntimo? Bueno, yo sí, al menos un par. Y resulta increíble, de uno y otro lado, los trapos que en esos casos salen al sol. Las grandes amistades, apasionadas... es una buena práctica dudar. A veces resultan simplemente siniestras (vos seguí perdiendo lectores, total...).

Vero dijo...

Para los monos nosotros somos siniestros, Ramiro.
Sin duda, Carlos, siniestrista seré, si prefiero a Ulises, el sarnoso, el de olor raro, el que llora y/o se masturba por la mujer del amigo.
No soy muy peleadora, yo. Mis grandes amistades me duran hasta hoy. Hubo gente que me decepcionó, pero en esos casos opté por pensar "esta persona no vale la pena" y solito se me fue disolviendo el afecto.

Leandro dijo...

Una sola vez sentí miedo, una sola vez estuve en la selva; las dos veces fueron la misma vez. Coincidentemente, también recordé en ese momento las reflexiones de Herzog, y también pensé en Conrad, en la idea de la selva como algo profundamente irracional. Cuando ví Apocalypse Now Redux, entendí también que Coppola había sentido lo mismo, y que había logrado una síntesis feliz (si es la palabra que cabe) con la selva de Vietnam, y con Brando. Desde ahí siempre acaricié la idea de volver a selva, volver a ese miedo primario.

Vero dijo...

La atracción de lo siniestro, Leandro. Irracional, sí. Un beso.

Jorge Alberdi dijo...

Coincido con Leandro acerca de la síntesis de Coppola.
saludos

Anónimo dijo...

Las amistades tienen algo de enfermizamente racional.
Quizá la relación de la selva con sus habitantes -inclusive con los visitantes ocasionales- tenga una misma lógica.
Lo que en ellos se manifiesta como espiritu de supervivencia, en nosotros sería algo asi como "esta es la situación que tengo que dejar pasar". Para bien de la amistad a veces está bueno hacerse el boludo.

Anónimo dijo...

algunas veces avanzo sin darme cuenta