jueves, diciembre 06, 2012

El nombre verdadero

Dios era el nombre de Dios, lo mismo que su nombre era Stephen. Dieu quería decir Dios en francés y era también el nombre de Dios; y cuando alguien le rezaba a Dios y decía Dieu, Dios sabía desde el primer momento que era un francés el que estaba rezando. Pero aunque había diferentes nombres para Dios en las distintas lenguas del mundo y aunque Dios entendía lo que le rezaban en todas las lenguas, sin embargo, Dios permanecía siempre el mismo Dios, y el verdadero nombre de Dios era Dios.

James Joyce, Retrato del artista adolescente

2 comentarios:

Pablo Seguí dijo...

Me he reído, a la mitad: el nombre de Dios cambia para que éste sepa desde qué idioma le ruegan.

Vero dijo...

Recorté el párrafo porque me gustó su fina ironía. Ironía de Joyce, claro, no de Stephen, que es un chico temeroso de Dios (en otro libro un amigo lo saluda, todavía: "Acércate, Kinch. Acércate, jesuita miedoso").