domingo, mayo 19, 2013

Arar la arena

Publicar cualquier anotación en un blog es, a estas alturas, una perversión, una práctica desajustada. En la era de las redes, el blog pierde su anzuelo. Soporte otoñal, los lectores de blogs se deshojan. No es queja, sino constatación. Placentera, incluso, en un sentido o dos.

9 comentarios:

Unknown dijo...

De ningún modo, se te sigue leyendo cada post cada vez con mayor intimidad. Y también hacia atrás releyéndolo todo. Abrazos

k dijo...

acaso el sentido último del blog sea el de la total indiferencia hacia sí mismo; no desesperes, o mejor, desespera con ingenio, saludos del patético k.

Vero dijo...

Gracias por la compañía, Hei yan quan. Y Kovalski, más cerca estoy de la indiferencia hacia mí que de desesperar. Fijate que hablé de placer, en un sentido (pensé en que es probable que al volcarse la mayoría a las redes los pocos que continúen leyendo blogs lo hagan de otra manera, con mayor atención, aunque todo esto en el campo del quizá) o dos (hay un encanto, cierta gracia en el hecho de que una escritura preparada para ser pública se vuelva casi secreta). Los blogs susurran. Hay que acercar el oído para escucharlos. Mis saludos, Hei yan quan, Kovalski.

Unknown dijo...

No estás sola... siempre hay lectores invisibles...

Vero dijo...

Gracias por tu comentario, Miguel. Saludos.

Pablo dijo...

"Los blogs susurran. Hay que acercar el oído para escucharlos". Bella forma de decirlo.

Aquí estamos...

Vero dijo...

Bueno, Pablo, gracias por acercarte y, como se suele decir, prestar el oído.

Josi dijo...

si, si :)

Vero dijo...

¡Ja!