Arar la arena
Publicar cualquier anotación en un
blog es, a estas alturas, una perversión, una práctica desajustada. En la era
de las redes, el blog pierde su anzuelo. Soporte otoñal, los lectores de blogs
se deshojan. No es queja, sino constatación. Placentera, incluso, en un sentido
o dos.
9 comentarios:
De ningún modo, se te sigue leyendo cada post cada vez con mayor intimidad. Y también hacia atrás releyéndolo todo. Abrazos
acaso el sentido último del blog sea el de la total indiferencia hacia sí mismo; no desesperes, o mejor, desespera con ingenio, saludos del patético k.
Gracias por la compañía, Hei yan quan. Y Kovalski, más cerca estoy de la indiferencia hacia mí que de desesperar. Fijate que hablé de placer, en un sentido (pensé en que es probable que al volcarse la mayoría a las redes los pocos que continúen leyendo blogs lo hagan de otra manera, con mayor atención, aunque todo esto en el campo del quizá) o dos (hay un encanto, cierta gracia en el hecho de que una escritura preparada para ser pública se vuelva casi secreta). Los blogs susurran. Hay que acercar el oído para escucharlos. Mis saludos, Hei yan quan, Kovalski.
No estás sola... siempre hay lectores invisibles...
Gracias por tu comentario, Miguel. Saludos.
"Los blogs susurran. Hay que acercar el oído para escucharlos". Bella forma de decirlo.
Aquí estamos...
Bueno, Pablo, gracias por acercarte y, como se suele decir, prestar el oído.
si, si :)
¡Ja!
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