viernes, noviembre 24, 2017

Tarde

Llegué tarde a la escuela para buscar al niño porque mientras me estaba preparando para salir vi en la tele un especial sobre Di Benedetto (en Páginas Escogidas, TV Pública, de 11.30 a 12.00). Escuché su voz y no pude sustraerme al radio de influencia, por decir así. Tiene una pausada voz grave, honda, como si hablase en un cuarto amplio y desierto. Piensa antes de decir, se demora. Llora cuando recuerda el reencuentro con su hija, luego de un exilio de ocho años ("era una niña cuando me fui"). Dice que el encierro y la tortura lo dejaron "muy deteriorado y disminuido". Hacia el final, el autorretrato: "Bailar no sé, nadar no sé, beber sí sé. Coche no tengo. Prefiero la noche, prefiero el silencio".
Cada año comienzo las clases leyendo un cuento de Di Benedetto, "Caballo en el salitral". Invito a leer a los alumnos, me detengo, hago preguntas, los acicateo a ver qué sale. Elijo ese cuento magnífico porque está en una antología de relatos de varios autores de la cual la biblioteca de la escuela tiene hartos ejemplares. Así que cada alumno puede tener uno en sus manos y seguir la lectura. Es de argumento simple, el cuento, pero de recorrido arduo, así que vamos frenando para tomar aire y que se asienten las palabras. Después de leer y de la charla, que breve o extensa siempre surge, les hablo del secuestro, de los golpes en la cabeza, del exilio.
(Encontré acá una parte del documental.)

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