"... febrero, el mes irreal ..."
Voy al baño y me quedo mirando, entre
otro quehacer, el pie del bidet, el lavatorio. Levanto, de esas lozas, una
idea, para más tarde. En la cama, despuntando la vigilia, había decidido
preparar galletitas para el desayuno. No hay huevo, busco sustituto. Rallo la
única manzana. Corto estrellas, corazones, flores. Mientras el horno solidifica
lo blanduzco cumplo con la idea: friego hasta el blanco. Cuando me quito los
guantes, en la cocina ya las formas se entibiaron. Muerdo la masa dulce. Base
crocante, cuerpo mullido. Duermen, acá. Elijo un saquito de té. Leo en el
sobre: “Noble, delicado y floral para una tarde perfecta”. Lo rasgo,
anacrónica. Me repantigo en el sillón a leer. Me recibe una cascada de comas
que me quita el aire. Después me dejo mecer. Entro en el río.
2 comentarios:
Allí el agua, tibia, color caramelo, le ciñe los tobillos.
Le ciñe los tobillos, le ciñe las rodillas, le ciñe el pecho. Después él se sumerge en la masa apretada. También uno en el libro, que es como ese río tibio y caramelo. Liso e inmóvil en apariencia, desentendido de las fuerzas que tironean por debajo de la superficie sin arrugas.
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