Es evidente que quien tradujo The sound and the fury como El sonido y la furia tomó la primera acepción de “sound”, desnuda, y no tuvo en cuenta el contexto, la frase de Shakespeare. En el prólogo a mi edición de Santuario encuentro otra traducción, de singular audacia: “En 1929 aparece The sound and the fury, cuyo título, difícil de traducir (Zumbido y Frenesí), está tomado de los famosos versos de Shakespeare, en que la vida se define como una patraña relatada por el verbo, furioso y resonante, de un idiota”. “Zumbido y frenesí” no me agrada, pero si pienso en un idiota agitándose con vehemencia, no me parece una traslación descabellada. “Tanto barullo para nada”, se podría decir, de la vida. O también: “Much ado about nothing”.
8 comentarios:
Me encantó. Me encantó la audacia de ese otro traductor (al menos, busca ponerle algo a su traducción) y me encantó que lo rescates de por ahí el prólogo de otro libro.
Igual, pienso cuál es el problema con el en principio transparente "el sonido y la furia". Si, "sonido" es quizás tan amplio que pierde lo específico del "barullo", pero lo hace más... ¿universal?. Y "furia", bueno, vamos, furia es como bien pulenta y es algo más que mero frenesí. Después de leer el libro, la idea de furia no le queda grande a la voz de Benji...
Ah, es que pienso en Shakes, fijate: "un cuento narrado por un idiota, lleno de sonido y furia, que nada significa". Justamente, esa amplitud de la que hablás, todo lo que puede englobar el sonido, para mí, hace ruido ahí (¡ja!). Prefiero "el ruido y la furia". Benji no me ha sido presentado aún, pero ya buscaré la forma...
Curioso, puesto así, lo de "sonido" se me hace pleonasmo al ponerlo con "lleno". Una de las dos cosas sobran. Digo: "sonido" es todo lo que no sea silencio, es como que ya es una plenitud...
Revolví mi biblioteca y lo confirmé: nunca tuve El sonido y la furia, lo leí de prestado. Lamento no poder presentarte a Benji.
Leo este tantear traducciones y versiones, y me acuerdo de la palabra "bedlam". ¿No pasaría por ahí?
Saludos desde Córdoba.
Me alegra verte por acá, Tamarit. No conocía la palabra. Y sí, podría pasar, a mí me gustó que pasara además por ese título de Shakespeare, una comedia además, Much ado about nothing -lo dejé en inglés a propósito. Son tanteos, como decís, no pueden ser otra cosa.
Se agradece igual la intención, Pablo.
Besos por y para dos.
Acabo de encontrar un artículo del ingenioso Monterroso que dice algo parecido a esto que dije pero mil veces mejor: http://letraslibres.com/pdf/57.pdf
El ruido y la furia (ya no sé cómo decirlo) es un gran libro. Lo digo casi desde la sospecha, porque hace años intenté leerlo al derecho y el primer capítulo -el monólogo interior de Benji- me dejó nocaut, todo por mi culpa, claro, porque no deja de ser un caleidoscopio arrasador. Eso: imágenes en vez de palabras, una tras otra, golpiza, cuenta de protección, toalla en el aire.
El año pasado intenté leerlo en sentido inverso. Arranqué por la coda, que es espléndida, de una sequedad casi forense. Después el capítulo cuatro, el tres, cada vez más cuesta arriba y me planté a mitad del dos, que hasta dónde llegué me dio la sensación de ser más arduo que el de Benji -lo que ya es bastante decir-
En fin, quisiera ganarle este año. Sé que me estoy perdiendo de algo.
Muy linda toda esta saga. Besos, Vero.
No leí esa novela pero ahora me dieron ganas. La cosa con Faulkner es que hace años leí y me encantó Las palmeras salvajes, pero no pude terminar Santuario ni Requiem para una mujer, ahora no sabría decir por qué. No me engancharon, como se suele decir. Por ahí no era el momento. Vi en una librería de usados por Corrientes, acá nomás, la edición de Hyspamerica de El sonido y la furia. Le había tomado tirria a ese título, pero bueno, es lo que tengo a mano, además a buen precio no se le mira el sonido... Leo y digo. Besos, Fander.
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