sábado, junio 07, 2008

Enramada

Leo, en el Diccionario de mitología griega y romana, de Pierre Grimal: "Muy frecuentemente se presenta a Licaón y a sus hijos como una familia de impíos. Un día Zeus quiso conocer por sí mismo a qué extremos llegaba su impiedad y, en figura de campesino, fue a pedir hospitaldad al rey. Éste le acogió, pero, deseoso de saber si su huésped era verdaderamente un dios, mandó servirle la carne de un niño [...]. Zeus, indignado por este banquete, volcó la mesa en un arrebato de cólera y fulminó un rayo sobre Licaón y todos sus hijos, uno tras otro [...]. Según otras leyendas, Licaón fue transformado en lobo".
Encuentro, acá, a Pavese, que pone a conversar a dos cazadores. Éstos acaban de matar a Licaón, a quien Zeus transformó en lobo para castigar su falta de humanidad. Uno al otro: “¿Estás tan seguro de ti mismo que no te sientes a veces Licaón como él? Todos tenemos días que, si un dios nos tocase, aullaríamos y saltaríamos al cuello de quien se nos resiste.”

15 comentarios:

inx dijo...

Pavese entendió que el mito era la semilla de toda la literatura.

Rain dijo...

Como dioses, todos llenos de imprecaciones, defectos hiperbólicos, pero sin el poder de la transformación, o de la autotransformación. Me pregunto si un día los cyborgs encarnarán el mito. Corporeizado el sueño de la inmortalidad y esa pléyade visceral del mainstream. En todo caso hoy como ayer, los creadores pueden ser como dioses contradictoriamente finitos.
O pensar en los dioses de mitología que debían cuidar sus espaldas, porque la ira de alguno podía quitarle su gloria.

Qué apasionante, Vero.

Ojaral dijo...

sí, pero según lo que cuenta Grimal, la impiedad de Licaón consiste en la desconfianza, no en la ira. De todos modos, no creo que Licaón estuviera en situación de quitarle la gloria a nadie, y menos a Zeus. Lo que está bueno, es que la licantropía generó algunos relatos interesantes con el correr del tiempo; el de Stevenson especialmente.
Este blog es un gran descubrimiento. Saludos.

Vero dijo...

Te leo y pienso: cómo caló Calasso en vos, Inés. Pero claro, es así. Pavese abreva en la mitología griega, Haneke, al escribir el guión para la peli que vi el otro día, recuerda la mitología escandinava. Por ahí hice el cruce. Había leído unos días atrás lo de Pavese, después de ver la peli volví, me acordé de esa frase del cazador, esa reflexión de que todos podemos ser lobos sin piedad.
Rain, transformación hay, pero claro, no voluntaria (sigo pensando en Haneke, en una mujer que grita "¿no sienten compasión?"). En cuanto a mitos y cyborgs, me cuesta seguirte, pero que te parezca apasionante el tema me contenta grandemente.
Ojaral, según unos cuantos, Licaón y sus hijos mataban a troche y moche, de ahí la impiedad. Se agradece la consideración.

inx dijo...

Te equivocás, Vero. El primero que caló -en el sentido en que lo decís- fue Pavese, a quien leí hace más de 30 años.

inx dijo...

Fijate acá:
Si fuese posible destruir los símbolos, todos los símbolos, nos destruiríamos solamente a nosotros mismos. Podemos descubrirnos siempre más ricos, más sutiles, más verdaderos, podemos sustituirnos, no negar la voluntad que está debajo, la voluntad adversa. En ella tenemos la sangre, el aliento, el hambre. No se escapa a la selva. También ella es un símbolo.
Quien olvida esto y se abandona al dulce sueño –a la confianza de que la mujer y la ciudad no sean sangre, aliento, hambre- se encontrará igualmente solo, desvelado, más solo que nunca. Pero se habrá perdido también a sí mismo. ¿De qué sirve conquistar todo el mundo si uno se pierde a sí mismo? Le tocará, de bastarle las fuerzas, reencontrarse quién sabe dónde. En la saciedad, en la vergûenza, en la muerte. Pero no fuera de la selva.
Debemos aceptar los símbolos –el misterio de cada uno- con la tranquila convicción con que se aceptan las cosas naturales. La ciudad nos da símbolos como el campo nos da frutos. Pero ninguno conoce o posee la planta. Viene de otro mundo. Se deja sembrar o podar, se deja abatir y quemar, pero ¿quién puede decir que esa planta es cosa suya? ¿Quién puede decir que ha tocado el fondo de una voluntad ajena? A veces parece que destruir fuera el único modo. Y está bien. Pero destruir una sola voluntad, una sola planta, si bien es posible, es menos que nada: habrá que pasar a otra, a otra más, y así hasta el infinito. Estupideces. Se tendrá un mundo desierto, una estepa. Que es, después de todo, otro nombre de la selva. Tanto vale aceptar el misterio y poblar la ciudad de símbolos, y el campo de presencias. Y amar todo esto, con cautela desesperada.
..................................
No tengo necesidad de aclararte, Vero, lo que opino de una frase como:
amar todo esto con cautela desesperada. Uf.

Vero dijo...

Uh. Ahora veo que fui brusca al expresarme, pero de verdad tu frase disparó el recuerdo de Calasso en mí. Pavese, sí, lo citaste varias veces en el bosque. Yo en cambio ignoro tanto, recién a partir de un ensayo leído hace unos días me entró la inquietud por adentrarme. Me dejaré calar.

Vero dijo...

Gracias por el texto, Inés (cuando te respondí, anoche, no había entrado tu último comentario). Busqué rastreando con una frase y lo encontré acá, me gustó muchísimo: http://www.revistacontratiempo.com.ar/pavese_selva.htm

inx dijo...

A vos, che. Sueño con una edición de obras completas de Pavese y sueño con poder comprarla, inclusive. Si te interesa, busco qué tengo para prestarte, en mi casa. Y no sé, y me lo pregunto, por qué Calasso no lo nombra.

Ojaral dijo...

En 1980, la editorial Bruguera publicó la narrativa completa de Pavese. Buscando con paciencia, revolviendo en mesas de usados, los libros se consiguen a buen precio. Seguro ya lo saben, pero por las dudas paso el dato. Bueno, eso nomás. Saludos.
P.D.: Gracias por la aclaración, Vero, pasa que tengo prejuicios contra los dioses, aunque sean griegos, y siempre me pongo del lado de los humanos, aunque sean tan pocos recomendables como Licaón.

inx dijo...

Yo (con perdón de Ojaral)les advertiría acerca de esas traducciones de Bruguera, a mi juicio espantosas. Comparen y busquen, en su lugar, las muchas obras que editó Siglo xx que también se consiguen en las mesas de saldos.

inx dijo...

Mataría a esa Ma. Esther Benítez, un traductor puede hacerse odiar por su trabajo, oficio riesgoso.

Ojaral dijo...

Es posible. A mí Pavese no me entusiasma, la verdad. Leí esos libros (los Diálogos, y un par de novelas más) hace muchos años y los dejé que juntaran polvo en mi biblioteca. Puede que la culpa sea de la señora Benítez, como dice inx.

Jorge Alberdi dijo...

Me maravilla que un texto leído hace 30 años pueda ser aún 'conscientemente' productivo en una lectura actual. Parte de mis debilidades, soy una máquina de olvidar. Envidio el salto de texto en texto que pueden hacer, aunque, quien te dice, olvidar hace a las lecturas productivas en otro orden, no tan conscientes. Me resisto a creer en la pèrdida permanente.
Como siempre, un gusto dar vueltas por aquí.
Besos

Vero dijo...

Seguro, incluso las lecturas olvidadas forman parte del sostén de las actuales. Gracias y besos, Jorge.