martes, marzo 14, 2006

No aclares que oscurece

Ajustando un poco los conceptos anteriores, veo que puse indistintamente “sentir” y “pensar”. En el pensamiento, en la idea, las palabras ya están (“la base está”). Las ideas se manifiestan en palabras (el lenguaje crea pensamiento, no se cansaba de decir Sapir). Pero, de todas maneras, al pasarlas al papel, cambian. La organización necesaria en el texto escrito "traiciona" las ideas. “No me tale”, dice mi sobrinito cuando no aparece la palabra que busca. A mí, a veces, tampoco. Encima, como decía, uno escribe para otros. Dejémonos de joder con eso de “yo escribo para mí”. A lo sumo se escribe para uno y para otros, cuando no es sólo lo segundo. Uno piensa para sí mismo, pero escribir es, ya dije, otra cosa. Pongamos este otro ejemplo: X va a ver, digamos, Capote. Mientras está devorándose la película siente una inquietud, un cosquilleo, hasta que le llega por fin la idea (percepto, afecto, concepto, cantaba mi queridísimo Deleuze, tan poético siempre). La idea sería que todos capoteamos cuando escribimos. Surgen palabras, pero son como chispazos aislados. Entonces X llega a su casa, se sienta y escribe. Lo que escribe, es ya otra cosa. Cuando lee, antes de subirlo al blog, y corrige, vuelve a cambiar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra aclaración oscurecedora, creo, pero no sé cómo, la relaciono. Será producto de la conversación y la resonancia.

Vero dijo...

Me encantó lo de Kaputt. Gracias por chiflar. Me intimida un poco dejar un comentario ahí. Sí, puede ser que tenga alguna relación, los mecanismos del pensamiento, ¿no? Además, se podría plantear que el que mira con atención una peli como ésta (y dale con Capote, qué pesada) también debe desdoblarse para segur viendo y escuchando, y al mismo tiempo atender las propias voces.

Bardamu dijo...

El lenguaje niega. Es lo que decia Blanchot y tantos otros: al nombrar una cosa, ésta deja de ser lo que era para pasar a ser concepto.
Se escribe. Eso importa. No tendría que interesar mucho para quién.
Tal vez siempre exista un posible lector. El problema es que muchos (sobre todos aquellos que se piensan a sí mismos como "escritores") escriben pensando en un lector, buscando una reacción. Es decir, escriben condicionados por su voluntad de ser reconocidos como "escritores".
Bueno, yo veo eso como como parte de un problema mayor de quien escribe que implica resaltar la identidad, el afán de nombre, el "posicionarse" en un medio determinado espacio.
Saludos.

Vero dijo...

¡Pero claro que estoy de acuerdo, Luis! ¿Parecería que no? ¿Habré oscurecido mucho? Nadie debería escribir para el aplauso. Bah, que escriban, por mí... Ningún gran escritor salió de esa escuela. Me refería a algo más sutil. ¿Dirías que Kakfa escribía los diarios sólo para sí?