miércoles, marzo 22, 2006

76

Leyendo a Aydesa. En el ’76 tenía cuatro años. En el '83, 11. Nunca entraron en mi casa a buscar a nadie, ni en la de mis familiares. Con mucho esfuerzo puedo recordar vagamente a mamá cerrando las persianas y diciendo, cuando escuchábamos ruidos (como) tiros: “Chicos, no se acerquen a las ventanas”. Ése es el único miedo que recuerdo, minúsculo, en medio de tanto terror de otra gente. Quién sabe lo que pensaba, qué otros cucos habría en mi cabeza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el 78, mi papá, abogado de la policía, era Jefe de Protocolo de la Jefatura de Policía de Santa Fé,un cargo alto en la fuerza, que no se circunscribía al ceremonial.
En la cochera de mi casa, pusieron dos bombitas de las chicas, que solamente rompieron la pared. Igual en la de la casa del Jefe del Comando Radioeléctrico, que vivía a la vuelta (la represión aca, estaba toda junta). "Fueron los subversivos", decía mi vieja, persignándose. Turca conservadora y de rancia estirpe faccista, igual que papá. Crecí con la idea de que yo misma pertenecía al bando de los buenos, era hija de mi viejo, y estaban esos malditos que ponían bombas.
Hasta que pude entender. No debieron dejarme leer con tanta desesperación, no debieron mandarme a la Universidad, no debieron. He tenido malas costumbres.
La relación fue la del deterioro progresivo, hoy es casi inexistente.
Yo, no hace mucho, en uno de mis habituales arranques de ira, les dije: "les hubiera convenido comprarse un perro antes que tenerme a mí"
Gracias Vero, por este desahogo.

Vero dijo...

Estoy en la oficina, terminé de leer esto con los ojos aguados. Es muy valiente decir esto, Silvia Sue, yo te agradezco tantísimo más a vos que lo hayas puesto acá. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Beltrán, no te amargues. Los padres son los padres y poco saben de que va eso de la paternidad. Como nos ocurre a nosotros. En todo caso, alegrate por tomarte el tiempo para pensar y elegir. El resto es historia.
Si hubieran elegido el perro, sería un ovejero y la hubiera pasado pésimo anyway.

Anónimo dijo...

Mirá, Aydessa, al final, cada vez que tengo ganas de llorar te leo y me río.
Besos a las dos.