miércoles, febrero 28, 2007

Bombardeos

Anoche tomé mi segunda clase de tango. Del canyengue en el Abasto al tango queer en San Telmo. Poco que decir sobre eso. Esto, quizás: a medida que tomaba más y más cerveza creía percibir que iba mejorando mi baile (cuando en realidad era mi percepción la que empeoraba). A la hora de los farináceos se sentó en la mesa (no sé de dónde salió, de golpe lo tenía enfrente) Julio. Me contó que codirige junto a dos amigos una revista, Casa Grande, en Chile, que cambia de formato en cada número (pasquines en el subte; programa radial; diario gratuito; ahora están proyectando una edición parásita, con artículos que van a diseminar en otras publicaciones). Interesante. Pero, a lo que iba, diría Mini: en 2001, 2002 y 2004, Julio y sus secuaces arrojaron en la Casa de la Moneda (Chile), Dubrovnik (Croacia) y Guernica (País Vasco) una lluvia de poemas desde un helicóptero. Bombardearon con versos lugares donde cayeron bombas. De su blog levanté la foto de Guernica que pego acá. Una maravilla.

4 comentarios:

Silvia Sue dijo...

Che, qué lindo esto del tango, pero...¿dejaste la danza árabe?

Vero dijo...

Sipi, Sue, aunque debería decir mejor que me dejó a mí: cerró el lugar adonde iba. Ahora ando por las capoeiras. Lo del tango, bueno, no es algo que haga ni pretenda hacer con regularidad, al menos por ahora.

Anónimo dijo...

Clases de tango!! Que bueno! Cuando vuelva a Baires ( quizas en mayo) podremos ir a bailar! Hay un sitio con chinchulines y tango? Seria el sueño de mi vida! Y mis amigas, claro!!

Vero dijo...

La poca habilidad solamente me alcanzó para aprender el básico, Maray, pero que bailo, bailo, cuando vengas por acá. ¿Se puede ser tan vergonzosa y caradura (cara de pau) al mismo tiempo? Mayo... tengo dos meses para buscarte un lugar con chinchulines y tango. Un abrazo.