domingo, diciembre 10, 2006

Siesta

Leo blogs mientras el aire caliente me prensa las sienes, como queriendo juntarlas. Escucho un golpeteo y me levanto a mirar por la ventana para comprobar que lo que creo lluvia no sean pájaros embarullando el patio. Es. Gruesas gotas se desparraman con ruido en las baldosas. Pero el cielo está casi todo celeste, sin consuelo de grises salvo unas nubes que se apuran para ir a ilusionar a otro. Ya los golpes se apagan. La presión no afloja.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El día después, hoy, es la misma absurda densidad, pero sin gotas melancólicas.

Silvia Sue dijo...

Acá, la Costanera se derrite resignadamente. Un cielo plomizo nos hace un torniquete insoportable.
Otra forma de la claustrofobia, porque uno está afuera pero no.

Anónimo dijo...

maldita naturaleza

Vero dijo...

Cuándo se largará el agua de una vez, ¿no? Me tienen harta las amenazas. Sue, me encantó tu comentario, esa imagen del torniquete me pareció justa y bella.

Anónimo dijo...

Hoy martes en algún momento entre las tres y las cuatro de la tarde supe que era posible derretirse en el sentido literal: la materia sólida mutando hacia lo líquido. Fluir debe ser parecido a eso que en mi laburo hoy alguien llamó "cagarse de calor".

Anónimo dijo...

hola verito!!!!!!!!!
de aca te mando saludos y la ciudad mas austral no se derrite ni ahi... menos mal sino quedariamos en el fondo del canal de Beagle jejejejje.. Besos de Mica...

Vero dijo...

Sí, Dani, en el infierno deben ser siempre las tres de la tarde, seguro.
¡Gracias por pasar, Ale! Ya pasaré yo por allá, nada virtualmente. Quizás el próximo verano.
Besos.

Anónimo dijo...

Siesta o blogs?

Vero dijo...

Nina, me refería, claro, a leer blogs en la hora de la siesta, la del fuego.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Ah, entornar los ojos, deslizarse a un lugar que es como limbo y ver a la lluvia caer...

sí, vale la pena contarlo como lo has hecho.